lunes, 13 de febrero de 2012

RACING JUGO MAL Y NO PERDIO DE MILAGRO EN EL DEBUT ANTE TIGRE

Basile ya se rompe el Coco para reacomodar las piezas

Por MARIANO BOURGAREL.-

En las pocas palabras que se le escucharon tras el final del partido ante Tigre y en el propio mensaje corporal que transmitió durante el propio desarrollo del empate en el Cilindro, Basile le dejó en claro que no pudo aislarse de la decepción colectiva que generó el debut de Racing en el torneo Clausura. Porque el equipo de Avellaneda brindó una pálida imagen, jugó mal y no perdió de milagro, sólo porque el conjunto de Victoria le perdonó la vida en la media docena de situaciones que generó.

Con este panorama, desalentador, Basile no miró para el costado. Porque en sus únicas declaraciones tras la igualdad ante Tigre, frente a los micrófonos del noticiero de Canal 7, segundos después del final del cotejo, hizo un análisis realista de lo que fue el primer partido de su regreso al club de sus amores: “Fue un partido de cero a cero. No me gustó lo de Racing. Está claro que tenemos que jugar mucho mejor. ¿Qué faltó? Yo no soy de encanar a nadie, ya lo voy a hablar con los jugadores en el vestuario. Pero está claro que tenemos que jugar mejor”, fue la visión contundente del Coco, que se puso entre los jugadores, a la salida, para frenar, en parte, la lluvia de silbidos que podía venirse, lo que al final terminó siendo un “tibio” reproche para los jugadores, pese a la pobre e inesperada actuación de un equipo que desea ser protagonista pero el domingo fue dominado y superado por el Matador.

El gran problema de Racing fue que “jugó a no jugar”. ¿Cómo es eso? Es que puso la pelota juego siempre con un pelotazo, de Cáceres, de Martínez o especialmente de Sebastián Saja, “a dividir”, que en este caso, por la buena predisposición de la última línea de Tigre, con el respaldo de Castaño, significó “a perder”. Entonces, la Academia, salvo en los primeros diez minutos, o en algún pasaje del segundo tiempo cuando Toranzo quería despegar, no tuvo el balón, y con esa pasividad, quedó expuesto a jugar al contraataque, en su propio cancha, algo que no le gustó ni un poquito a Basile, que terminó disfónico de tantos gritos y por eso el domingo se excuso de participar de la conferencia de prensa.

El argumento inicial de ese juego “a pinchar nubes” que tuvo Racing, puede tener como atenuante dos ausencias: Lucas Licht, que faltó a último momento por una molestia muscular, y Patricio Toranzo, que como se perdió una parte de la pretemporada, recién ingresó en el segundo tiempo, y fue el UNICO, que se dio cuenta de esa situación, y por lo menos, tuvo la intención de modificarla, aunque en la práctica no tuvo demasiada influencia como para torcer el rumbo de una actuación que fue de las más pobres de Racing en la última etapa.

Entonces, hoy, en el regreso a los entrenamientos, llegará el tiempo de la autocrítica grupal, porque Basile ya compró varios litros de champú (y hasta crema de enjuague), para rearmar las piezas. Porque los cambios empezarían por los ingresos de Toranzo y Licht, pero seguirían por el cambio de actitud, para que el traje de protagonista del torneo no le vuelva a quedar tan holgado ante Godoy Cruz, el domingo en Mendoza. Ya en la segunda fecha del torneo, a Racing le llegó la hora de rendir un examen de riesgo.


http://www.diariopopular.com.ar/dp001.php?nId=629399&src=NP


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Basile y Racing, socorros mutuos

Por Andrés Prestileo.-

Aunque es difícil que los sustos que le hizo pasar Tigre le hayan minado esa placidez a prueba de balas, a Alfio Basile le sirvió para tomar rápida nota de lo dura que va a ser su misión en Racing. Por si hacía falta. El show relajado que permite el tiempo de las expectativas empezó a despedirse apenas el Coco se sentó en el banco. De a poco, la mirada condescendiente de muchos hinchas de la Academia se irá desprendiendo de esa sensación festiva y quedará supeditada a lo que le entregue el equipo. Es decir, a Basile y a su equipo le cabrán las rigurosas generales de la ley.

Eso tiene un lado positivo y otro, no tanto. Lo primero, porque la realidad siempre es buena consejera y si fuera cierto que Racing está embelesado de más con la vuelta de su ídolo, lo ayudará a encaminarse. Lo segundo, por el riesgo de que haga desaparecer por completo el toque de alegría que un personaje como Basile es capaz de aportarle a un medio tan encolerizado.

Basile, seguramente, es el primero en saber que todo este capital emocional que le insufló a la Academia no basta para salir adelante en un fútbol tan demandante. Es necesario, pero no suficiente. Aquí sí sirve volver a lo de Tigre, un batallón de combatientes que en una sola tarde lo puso de cara contra las exigencias que esperan a Racing. Para hacerles frente, el Coco y su gente tendrán que poner en la parrilla algo más que buen humor y optimismo. Es un reto interesante para un técnico de 68 años cuyos métodos parecen de otro tiempo. No hace tanto que le dieron las últimas grandes satisfacciones, pero hace menos todavía que lo hicieron chocar con algunas de sus peores frustraciones.

El Coco es el último sobreviviente de una generación de entrenadores que pasó a cuarteles de invierno hace rato. Su carisma, sus antecedentes y su conocimiento del paño le dieron una vigencia que muchos compañeros de ruta fueron perdiendo. Está tan inmunizado contra posibles rencores entre la gente de Racing que ni siquiera su doble paso por Boca, justo Boca, alcanzó para dañar esa relación. Eso siempre es útil porque otorga crédito, algo que muchos de sus colegas le envidiarían. Pero no es lo único bueno con que cuenta en la Academia.

Dentro de lo que hoy puede ofrecer el fútbol argentino, Basile dispone de talento y capacidad en una cantidad razonable. Dirige uno de los mejores planteles. Hoy los nombres no lo son todo, pero siempre es mejor tenerlos. El ambiente que lo rodea también lo ayuda: en comparación con aquel que dejó en 1997, en aquellos años de plomo para la Academia, lo recibió un club pacificado. Desde ahora, Racing y Basile tendrán que ayudarse mutuamente. Al Coco le vendrá bien que la Academia le ofrezca la paciencia que Boca, a la larga, tuvo con Falcioni. Tendrá que ganársela con algo más que buen humor.


http://www.canchallena.com/1448360-basile-y-racing-socorros-mutuos

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