martes, 23 de diciembre de 2008

Uno de los bienes más deseados por el ser humano es la paz, este fue el gran regalo de Dios para nosotros “Paz a los hombres”.
La paz es una armonía interior, un equilibrio dinámico, un delicado respeto, una exigencia superadora, es un don de Dios. Pero Dios también necesita aquí de nuestra colaboración, desde no pelear en casa, evitar toda palabra hiriente y provocadora, hasta ser mediador de cualquier tipo de conflicto, optando siempre por el diálogo y expulsando de nuestras vidas toda actitud intolerante y excluyente.
La intolerancia engendra violencia, porque la persona intolerante se cree siempre portadora de la verdad y no es capaz de ver la verdad del otro. El intolerante no acepta al otro, no acepta su presencia, no acepta su diferencia, no acepta su defecto o su virtud.

En este fin de año creo que el sentimiento de muchos está relacionado con la necesidad de encontrar paz, por eso quiero compartir este mensaje con ustedes.
Quiero pedir con insistencia a Dios por todos nosotros, para que el futuro de nosotros y de nuestra querida Institución, se desarrolle por los caminos de la libertad, la justicia, la igualdad y la tolerancia, el bien y la paz.

La paz empieza por el respeto al prójimo.
La paz es la parte más importante que en la vida todos buscamos.
La paz es algo que necesitamos en nuestros corazones cuando perdemos o estuvimos a punto de perder a alguien que amamos.
La paz es la armonía de la amistad verdadera.
La paz es uno de los regalos más valiosos que el que la recibe la comparte.
La paz nos hace sonreír.
La paz es inspirada por personas que se quieren como seres humanos.

Les deseo a todos las más felices fiestas.

Santiago Carrascal
Pte Filial Rosario

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