La Filial informa (27-12-10)

Racing recuerda con nostalgia su única alegría de la década

El “Paso a Paso” de Mostaza Merlo en el Apertura 2001, cumple hoy nueve años. Cortó una sequía de 35 años a nivel local

MACERATESI, LUX Y VITALI, ADELANTE, EN EL FESTEJO EN LA CANCHA DE VELEZ. RACING, CAMPEON 2001.

Evocación: Mariano Bourgarel

Los hinchas de Racing se acostumbraron al desequilibrio insoslayable entre decepción y alegrías en las últimas cuatro décadas de la institución. Porque el torneo Apertura 2001, conseguido de la mano de Mostaza Merlo, y que hoy cumple nueve años, fue un verdadero oasis en la interminable cadena de frustraciones de la entidad de Avellaneda, que incluyó el descenso a la Primera B, la quiebra, el gerenciamiento y hasta tener que jugar la Promoción, tres temporadas atrás, para ratificar la continuidad del conjunto en Primera División.

Por eso, con cierto nostalgia, hoy los simpatizantes de la Academia no pueden dejar pasar por alto el recuerdo de una de las últimas alegrías del club, cuando en base a sacrificio, orden, mística y contundencia, el equipo dirigido por Merlo cortó una sequía de 35 años sin una vuelta olímpica en el ámbito local, aunque ello no generó contagio para el futuro, porque el Apertura 2001 fue el único título de Racing en la década que está finalizando.

La llegada de Merlo, en enero de 2001, de la mano del gerenciamiento que en ese momento capitaneaban Fernando Marín y Fernando De Tomaso, tuvo los objetivos claros: en el primer semestre, el equipo convivió con la angustia de los promedios del descenso y zafó a último momento de la promoción, con una campaña de 29 puntos.

Tras el receso de invierno, Merlo se plantó en el timón de la historia y aumentó la apuesta: “ahora queremos un equipo protagonista”, y por eso convocó a jugadores con más corazón que nombre, sin generar grandes inversiones en los pases, y merced a la conformación de un equipo compacto, firme y letal, en seis meses Racing pasó de la angustia al éxtasis, sin obviar el condimento lógico del sufrimiento.

Porque si bien Racing ganó el campeonato casi de punta a punta (sólo perdió ante Boca, en la Bombonera), en la recta final de la competencia, sufrió el acoso del River de Ramón Díaz, al que terminó ganándole la pulseada gracias, especialmente, al agónico empate que cosechó en el clásico disputado en Avellaneda, con el gol histórico de Gerardo Bedoya.

La situación social y política del país también tomó protagonismo en el festejo de la Academia. Porque en diciembre, cuando la Argentina estaba en llamas, con cinco presidentes en dos semanas, lo único que se permitió fue el desenlace del campeonato, aunque únicamente se jugaron, el 27 de diciembre, los dos partidos que definían la ecuación: Vélez-Racing y River (6)-Rosario Central (1). El resto de los partidos, pasaron para el año siguiente.


Llenó dos canchas

El partido con Vélez, a cancha llena, exhibió su cuota de emoción, porque el segundo tiempo arrancó con el gol de cabeza de Loeschbor, pero más tarde, Mariano Chirumbolo, un ignoto delantero del elenco de Liniers, colocó una cuota de suspenso al resultado, aunque nada pudo frenar la locura de los simpatizantes de la Academia tras la pitada final (sin tiempo recuperado) de Gabriel Brazenas.

Racing hizo historia, también, desarrollando, el festejo, en simultáneo, porque en Liniers, gozaron los hinchas que pudieron conseguir su entrada para ver en vivo y en directo la vuelta olímpica del equipo, pero en Avellaneda, otras treinta mil personas lo palpitaron en la pantalla gigante. Se puede decir que fue la primera vez que una hinchada llenó dos canchas al mismo tiempo, pero la espera lo valía, porque Racing cortó una sequía de 35 años, lo que hace que el Paso a Paso de Merlo será inolvidable.

De esa campaña, quedaron los cuernitos de Merlo (al que Marín despidió seis meses después de la consagración), la estructura defensiva de un equipo que tenía una línea de tres atrás, más cuatro guerreros en el medio, y el apoyo incondicional de la hinchada, que esperaba que el Apertura 2001 generara el comienzo de una nueva era, aunque la realidad, fue distinta, y en el resto de la década, Racing volvió a ser más de lo mismo, y recién ahora intenta ponerse de pie para soñar nuevamente con un campeonato.

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