sábado, 17 de enero de 2009


El arquero, cuestionado por la goleada con Independiente, dice que la responsabilidad recae en el grupo. Pero también asegura que "yo sé que no puedo tener errores. Te equivocás una vez y sacás del medio".
Sus manos, nerviosas, juegan con la tapa de su celular una y otra vez. La voz del Papu Gómez, de fondo y demasiado alta, lo distrae y lo saca de la atmósfera de paz que él mismo se forjó casi como un mecanismo de defensa. Pablo Migliore prefiere interrumpir el mano a mano con Olé para volver a darle un marco de serenidad al lobby del hotel y deja en mute la entrevista con el punta de Arsenal que casi llega a la Academia. Necesita brindarse a pleno para descargarse después de los cuatro goles que sufrió frente a Independiente y explicar lo que pasa por su cabeza después del golpe más duro que sufrió desde que llegó a Racing. Porque si bien por fuera demuestra el mismo carácter fuerte e impenetrable de siempre, hay gestos que denotan que su ánimo aún tiene heridas que no cicatrizaron del todo. "Hagamos las fotos acá adentro. Perdón, pero no tengo ganas de salir a la calle. Quiero charlar tranquilo", se excusa el arquero, quien se tomó un par de días para hacer autocrítica con su almohada, digerir algunos reproches y bajarle las pulsaciones a un comienzo de año demasiado complicado para la Acadé.
-¿Todavía duele el debut frente a Independiente?
Ya está, el clásico ya pasó. Me da un poquito de bronca que el puesto del arquero sea tan ingrato... Yo sé que no puedo tener errores y que tengo que estar lo más frío posible. Te equivocás una vez y sacás del medio.
-¿Qué fue lo que pasó?
Quedamos desprotegidos en defensa porque pensábamos que podíamos hacer un gol. Nadie tiene la culpa puntual de quedar mal en defensa. Nos llegaron cinco veces y nos metieron cuatro. No fuimos un desastre... En nuestro interior somos conscientes de que fuimos más al frente de lo que teníamos que ir. Por eso se dio la goleada, porque el desarrollo no fue tan desfavorable.
-¿Pensás que toda la responsabilidad de los goles cayó en vos?
-Yo no me pongo a ver esas cosas. En la cancha somos 11 y yo solo no gano ni pierdo partidos, eso es claro. Somos un grupo y cada uno se tiene que hacer cargo de lo que hizo mal porque así es como vamos a empezar a crecer en lo grupal.
-¿Falta diálogo?
-Cada uno tiene el diálogo que tiene que tener. Yo creo que la comunicación nunca se cortó. Lo que sí es cierto es que no hacemos muchas reuniones grupales, quizá porque nunca pasó nada como para encararlo de esa manera. Cada uno habla sus cosas, se arrima y comenta con quien le parece. Con el DT jamás existió todo lo que se dice, nosotros tomamos las cosas con calma y ahora nos estamos adaptando al nuevo presidente.
-Pero entonces hay algo que no funciona...
-¿Por qué? A veces las cosas se hacen más grandes de lo que son. Perdimos con Independiente y se vino todo abajo; de golpe se gana un partido y pasa a ser todo color de rosas. Uno no se tiene que poner mal ni dejar que usen a Racing para decir que acá hay quilombos. La realidad es que no está todo bien cuando ganás ni todo mal cuando perdés.
-¿Es muy difícil atajar en Racing?
Hoy es difícil jugar en todos lados. El fútbol está muy acelerado, pasa todo demasiado rápido. Hoy jugás, mañana no... Hay que estar preparado siempre
-¿Tenés autocrítica?
-Siempre. Pero las jugadas que se dan en los partidos no son individuales, sino que son grupales. Las cosas que tengo que corregir yo las trabajo con el entrenador de arqueros, pero dentro de la cancha son cosas de grupo.
La seguridad en las palabras de Migliore es blindada, a prueba de balas. Si bien le escapa al bulto y no admite que Racing es difícil, el arquero sorteó muchos obstáculos hasta conseguir la titularidad en el arco. Se bancó que la hinchada pusiera banderas en su contra, que lo hostiguen por su fanatismo por Boca, que pidieran por otros arqueros y hasta que la dirigencia reconociera públicamente que no sería mala la incorporación de un cuarto colega. "No me generaría miedo si los dirigentes quisieran traer a otro arquero. Si viene, mejor todavía porque me va a ayudar a crecer más. La competencia es buena y ayuda a mejorar. No tengo idea si quieren que venga Mauri (Caranta), pero es un gran arquero y excelente persona. Me pone triste lo que le está pasando en Boca", asegura el uno surgido de Huracán.
-¿Y qué te genera que en el clásico la hinchada haya pedido por Martínez Gullotta?
-La gente está en su derecho. Ellos quieren lo mejor para el club y a mí me trajeron para hacer las cosas bien. Pero yo comprendo que algunas veces se puedan enojar.
-¿Te hacés más grande cuando te insultan?
-Todos piensan que yo soy un arquero al que siempre trataron mal y nada que ver. Yo no estoy acostumbrado a que me puteen, por suerte no viví así. En todos los clubes que jugué me quisieron y creo que acá en Racing también. Yo me siento querido desde el primer día que llegué, en el que pedí apoyo y lo recibí casi al instante
-¿Sirven de algo los partidos de verano o sólo perjudican?
-A nosotros nos sirven porque nos enfrentamos a los mejores equipos del país. Esto es preparación, pero sabemos que los hinchas se ponen contentos si ganamos. No dejan de ser importantes.
-¿Y a vos te sirven?
-Mucho. Necesito ser más regular. Yo quisiera atajar siempre como lo hice en Tucumán, donde ganamos y encima atajé un penal. Pero es difícil. Soy el primero que quiere empezar a levantar mi nivel, pero al menos mi objetivo es ir de a poco y a pasos firmes.
-¿Se puede disfrutar de un partido a pesar de todas las presiones que te rodean?
-El día que no disfrute me voy a retirar. Soy feliz jugando en Racing y me divierto, eh. Yo trabajo de lo que me gusta y es un privilegio de pocos. Lo tomo con seriedad y sé lo que quiero, pero siempre disfrutando cada momento
-¿De a poco vas perdiendo la pasión de hincha que tenías antes de jugar en Primera?
-Es complicado... Cuando lo miraba de afuera me ponía mal, me amargaba mucho y quizás ahora voy perdiendo esas cosas porque estoy del lado de adentro y veo otras que la gente no ve. Perdí algo de hincha, pero la pasión es lo único que me queda intacto.
-¿Te sentís respaldado por el técnico? Un arquero después de sufrir cuatro goles siempre quiere revancha inmediata...
-Sé que hoy puedo jugar y que tengo respaldo. Mañana no tengo ni idea, pero yo me adapto a todo... Pienso en positivo porque si no, no puedo salir adelante. Acá los tiempos te atropellan y hay partidos muy seguidos, así que me adapto rápido y no me importa esperar
-Tus compañeros te aprecian mucho porque siempre tratas de sumar, de poner buena cara...
-Me pone contento saber que le puedo dar algo al grupo. Hay muchos jóvenes y yo trato de desdramatizar las situaciones que se vivieron en los últimos días. Hay que tomarse las cosas con más calma. Somos un buen grupo.
Todavía jugando con la tapa de su celular y mirándolo fijamente mientras confiesa sus vivencias, Pablo también piensa en el futuro del equipo. Si bien tampoco estará presente en el partido de mañana frente a River en Mendoza, el arquero ya tiene entre ceja y ceja la primera fecha del campeonato frente a Lanús. "Vamos a intentar sumar la mayor cantidad de puntos posibles. Tenemos un buen equipo y espero poder hacer un buen torneo", adelanta Migliore
-En el último torneo se pincharon el final...
-Sí, pero ahora las cosas van a cambiar. Yo tengo mucha fe y la historia va a ser distinta, estoy convencido de eso. Nuestro objetivo es hacernos fuertes de local para ser más respetados.

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