domingo, 8 de marzo de 2009

Agredieron a jugadores de Racing en una discoteca tras la derrota con Tigre



Un grupo de simpatizantes de la Academia insultó y golpeó a cuatro integrantes del plantel tras divisarlos en un local bailable de Lomas de Zamora.
http://www.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=251623&ID_Seccion=31



“El equipo está mal en lo anímico”



El DT de Racing, Ricardo Caruso Lombardi, señaló que trabaja en lo anímico con el equipo, para que no se acostumbren a perder todas las fechas. El sábado por la noche, la “Academia” volvió a perder y por goleada ante Tigre y el verborrágico entrenador acusó el impacto: “Intento que Racing no se acostumbre a perder, fue lo primero que les dije cuando llegué al equipo. Ellos sienten que hacen un gol, y que después les pueden hacer uno y que pueden perder”, señaló en conversación con Radio La Red. El DT de Racing, que sufrió ayer la derrota de su equipo por 4 a 1 ante Tigre, tendrá mucho trabajo por delante si quiere sacar a la “Academia” de la zona de promoción.
Caruso señaló sin embargo que el equipo tuvo anteanoche, “momentos de bueno juego, dentro que lo que Racing puede, sobre todo en el inicio del segundo tiempo”. El DT incluso aseguró que en ese momento lo “podrían haber empatado”. “No se, no fue un partido para cuatro goles de diferencia, es todo lo que puedo decir”.
Eso si, tal como quedó dicho, no puso cara de aquí no ha pasado nada y asumió el momento que le toca vivir con una frase contundente: “En apenas dos partidos recibí dos mazazos”. Y enseguida agregó: “El equipo está mal anímicamente, pero tenemos catorce fechas para pelearla. Quiero que los jugadores se convenzan, y me hago cargo de lo que está pasando”
El otro tema fue su cruce con el otro técnico, Diego Cagna. Caruso se mostró sonriente al comienzo del partido, esperando el saludo de su colega que no llegó. “El local tiene que venir a saludar... Si no vino, es un problema de él”, dijo. La respuesta del ex jugador de Argentinos, Independiente y Boca no se hizo esperar. Al final del partido, simplemente expresó: “No lo saludé porque no tenía ganas. ¿Qué problema hay?”.



Promesas y naufragios



Por EDUARDO VERONA
Apenas asumió como técnico de Racing, Ricardo Caruso Lombardi dejó elevar su optimismo. Y les dijo a los dirigentes de la Academia: “A los tres rivales que vienen que son Argentinos, Tigre y Godoy Cruz, los conozco muy bien y les prometo que vamos a sacar muy buenos resultados”.
Después, cuando esas palabras y esa promesa tomó estado público, Caruso Lombardi desmintió esas afirmaciones, que, en definitiva, no tenían ningún contenido negativo. Era ni más ni menos que una simple expresión de deseos frente a una realidad apabullante.
Lo que seguramente no se imaginó el flamante entrenador de Racing era la batería de desconsuelo que se le venían encima después de agotarse el tiempo de las presentaciones formales. El empate agónico de Argentinos en la fecha pasada luego de la salida en falso de Campagnuolo que le costó el puesto y el 1-4 lapidario frente a Tigre del sábado por la noche, fue un mazazo que Caruso Lombardi jamás se permitió instalar, ni aún en la esfera más privada de su entorno.
Si hay algo que caracteriza al técnico de Racing es que se siente blindado ante las adversidades. “Yo las pasé todas y nunca me voltearon. Los bombazos me pasan cerca. Los veo, los presiento, los adivino. Y siempre salgo adelante. Así fue mi vida. Y así es mi carrera”, suele confesar el hombre de 47 años que una noche en un restaurante de Las Cañitas fue bendecido por Maradona para incorporarse a Argentinos.
“Diego me simplificó todo”, dijo alguna vez resumiendo el alcance de aquel encuentro fortuito que lo proyectó a la Primera División.
Hoy en Racing, Caruso Lombardi está a prueba. Porque en Racing todo está a prueba. El equipo que había dejado una señal favorable frente a Argentinos, se cayó a pedazos ante Tigre. ¿Por qué se produjo semejante descalabro? Porque el equipo no puede garantizar absolutamente nada. Ni lo más primario que se puede pretender de un equipo de fútbol, que es el mínimo orden para abordar un partido.
Caruso Lombardi subestimó la pobreza franciscana de Racing. Pensó que su método de fortalecer anímicamente a un plantel con escasísimos recursos lo iba a proteger de los terremotos anunciados. Se equivocó. La crisis es mucho más profunda de lo que en principio se imaginó.
Porque nadie se salva en Racing del incendio, aunque Lugüercio reciba los aplausos de los hinchas. En el naufragio, hasta el rol de un técnico especialista en grandes temblores como Caruso Lombardi parece un improvisado.
¿Qué ganó el entrenador con el cambio de Migliore por Campagnuolo? Nada. ¿Qué perdió? Credibilidad frente al plantel. La medida se asemejó a un mamarracho tribunero. ¿Y ahora qué va a hacer con Migliore, de floja actuación contra Tigre? ¿Lo va a sacar? ¿O lo va a confirmar?
Ese apuro inconducente de Caruso Lombardi también es el apuro alocado que denunció el equipo en la goleada que lo sepultó en la Promoción. Un apuro funcional al suicidio futbolero. Y un retroceso fulminante en relación al 1-1 con Argentinos, que por lo menos había perfilado la silueta de un equipo guerrero.
De esa insinuación ahora no quedaron ni los retazos. La apología del temple y la garra que vendió Caruso Lombardi como bandera de su proyecto, no tuvo intérpretes que la ejecutaran. Por eso la boleta, a partir del desarrollo, fue previsible. Era lo que correspondía. Y lo que se concretó.
Aunque Caruso Lombardi había prometido otra cosa.
http://www.popularonline.com.ar/nota.php?Nota=368902

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