martes, 17 de noviembre de 2009



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Racing ganó tres puntos de oro ante un rival fantasma
Gracias a Lugüercio le ganó a este Estudiantes metido en los Emiratos
EL FESTEJO CON LUGÜERCIO, QUE POR SU PASADO PINCHA NO FESTEJO EL GOL.

Sólo este Estudiantes metido mentalmente en otra historia que nada tiene que ver con el Apertura y que no puede disimular una dejadez que se traduce en una derrota tras otra impropia de su estilo actual, pudo posibilitar que Racing se soltase en un desenfreno total por el logro de tres puntos fundamentales, que alimentan su esperanza de salvación. El primer triunfo del ciclo Vivas llegó de dos manos: una, la del corazón caliente de un equipo que se sabe menor a muchos otros y que pelea contra sus propias falencias metiendo duro en todos los sectores para revertir su comprometido presente. La otra, brindada gentilmente por un rival que tuvo casi todo el tiempo la pelota y que no lo agredió como ha solido agredir a tantos otros con su fútbol ofensivo a un toque, fútbol que ayer en Avellaneda no apareció, como no apareció hace escasos días en Rosario ante Central. Puede decirse que Racing ganó con nada este partido, o con muy poco: un excelente primer tiempo de Lugüercio y un pelotazo del Payaso desde afuera del área en los primeros minutos, metiendo el balón abajo contra el palo derecho del arco de Albil. Además de ésto, poco y nada. Simplemente, la contracción que tuvo Racing para defenderse por momentos muy atrás, luchando del medio hacia atrás entre empujones y golpes, y algún quite limpio, descansando en la solidez de su línea de tres en la que sobresalieron los cierres de Mercado a espaldas de Aveldaño y Cahais y en la seguridad que le otorgó Jorge De Olivera, dominando su área cortando de arriba y de abajo y metiendo, sobre todo en el primer tiempo, largos saques a terreno rival que se transformaron en perfectos pelotazos para el contraataque vía Lugüercio y que mucho le dolieron a Estudiantes, con su dubitativo arquero al momento de salir y cortar. Por supuesto, a su festejo del final no le importó el cómo. Sencillamente, ganó Racing en una época sin éxitos. Rompió con ciertos prejuicios, derrotó a un conjunto contrario que pese a todo no es para nada menor e hizo ganador a un entrenador que había comenzado con el pie izquierdo su estadía en el club. Lo demás...

La cabeza en los Emiratos

Punto final para Estudiantes en el Apertura. ¿Alguien puede dudarlo? La derrota ante Central luego de la brillante demostración de fútbol práctico que evidenció de local frente a Vélez, le restó terreno, por lo que el cotejo de ayer era bisagra en su futuro inmediato.

Se sabe que el Pincha de Sabella entrena y juega calculando todo en función del viaje de diciembre a Emiratos Arabes y que todo le supone un riesgo, sobre todo físico. Cuidarlo a Verón es común, pero ahora lo es más. Y evitar que el resto, que también es importante porque en Estudiantes el conjunto es más importante que la individualidad, sufra consecuencias del desgaste y que ello afecte su condición física y futbolística para los dos partidos que jugará en el Mundial de Clubes, su objetivo máximo, también lo es. Las posibilidades de Estudiantes en el actual torneo siempre quedaron relativizadas en relación a la cercanía del viaje, como metidas en un embudo. Salvo que Estudiantes ganase todos sus partidos, era improbable que fuese campeón, por su consecutividad de partidos en el tramo decisivo y la rotación de nombres para combatir aquél riesgo de desgaste apuntado. Lo que no pudo ayer Estudiantes fue disimilar que, pese a la entrega de sus jugadores, el momento para desplegar más fútbol excelso no es éste, convirtiéndose en un equipo vulnerable como nunca lo fue este año. Por eso, ante Racing, se encontró de entrada con un gol en contra -la acción partió de un saque largo de De Olivera que cayó cerca del área visitante, Cellay restó como pudo al ver que Albil no salía, Clemente Rodríguez y Castromán quisieron bajar la pelota y de ellos le quedó a Lugüercio para despachar ese derechazo letal del minuto cuatro- y tuvo casi todo el tiempo el balón; mejor dicho, lo tuvo Verón casi todo el tiempo, pero de él y del resto -Benítez, por ejemplo- no salió nada en limpio.
Fue impreciso, tiró mucho pelotazo sin destino cierto y cuando quedó de cara al arquero contrario, perdió. En una metió un gol que era un empate que podía ser justo, a los 16’ del segundo, pero hubo brazo izquierdo de Boselli que medió y que el eléctrico y confuso Lunati vio a través de los ojos de su asistente uno Sergio Zoratti.

Lo aguanto atras

Racing metió, luchó, empujó, se apretó bien atrás, despejó todo o casi todo lo que llegó a su área y sin que pudiese pedírsele más en ataque, defendió ese uno a cero como si la vida le fuese en él. Y, por ahí sí, le fue la vida...

VIVAS, AUTOCRITICO, DIJO QUE RACING GANO UNA FINAL
“El equipo debe ser más productivo en el ataque”
VIVAS DA UNA INDICACION. EL DT GANO SU PRIMER PARTIDO EN LA ACADEMIA.

Con la cuota habitual de sufrimiento, Racing se anotó ante Estudiantes la segunda victoria en el campeonato, que le otorga una inyección anímica positiva a la nueva etapa de Claudio Vivas, porque el técnico tendrá una semana de oxígeno para trabajar en las debilidades del equipo, que no se pueden disimular ni con los tres puntos que ayer se metió en el bolsillo.

Al llegar a la conferencia de prensa, Vivas mostró su ansiedad, preguntando: “¿cómo va Gimnasia?”, un rival directo en la tabla de los promedios, y después no dudó en manifestar que “ganamos una final” y que “el equipo debe ser más productivo en el ataque”, destacando que ante Estudiantes, faltó “circulación y profundidad”, para aprovechar los espacios que se le presentaron a Racing para el contraataque, especialmente en el segundo tiempo.

El técnico dejó un señal para el futuro: “no se puede jugar a defender los noventa minutos”, exhibiendo una concreta autocrítica, más allá de la satisfacción por la victoria. “Yo quiero otra cosa, que tengamos más productividad en ataque, y con trabajo, eso se va a poder lograr” insistió Vivas.

Después, explicó que “todos saben en la situación en la que está Racing, y por eso contra Estudiantes necesitábamos ganar, y el objetivo se cumplió”. Aunque el entrenador, aclaró, con firmeza, que lo dejó más conforme la actuación defensiva (con línea de tres) que el funcionamiento en ataque. Y agregó que “el grupo estuvo a la altura de la competencia”.

Vivas contó una intimidad: “hablé con los jugadores, y nos propusimos un objetivo, al tomar estas seis fechas finales, como un minitorneo. Y en esta etapa, hasta fin de año, hay que intentar sacar la mayor cantidad de puntos, y si es posible, ser el equipo más productivo, ganar este minicampeonato, porque no estamos bien en el tema de los promedios.

Arrancamos bien, sacando tres puntos frente a Estudiantes, el campeón de América, un rival complicado, y en nuestro camino hay otros adversarios difíciles, porque ahora nos toca jugar con Vélez y Banfield, otros dos aspirantes al título”.


CLAVES
EN OTRA COSA
Estudiantes ya tiene la mente en otra cosa, o sea, en el Mundial de Clubes y en Barcelona -si es que juega con Barcelona- y no lo disimula. El equipo consumó otro desgaste inútil: Adiós Apertura.

SOLO IMPORTO GANAR
Para Racing, el valor de los tres puntos en las circunstancias imperantes, es razón de su único interés. Ganó con un pelotazo desde afuera del área y defendió su gol con un corazón tremendo.

CON LAS MANOS PUESTAS
A la falta de profundidad e ideas de Estudiantes, a ese gol anulado, encima De Olivera aportó lo suyo. El arquero dominó su área, atajó todo y hasta con sus largos saques fue importante, armando contraataques.


Se quedó afuera y resultó ser un Caballero

En los todos los trabajos tácticos de la semana pasada, Claudio Vivas probó una formación con Pablo Lugüercio y Pablo Caballero en la fórmula de ataque. Pero ayer, a la hora de la verdad, el delantero surgido de las inferiores, no estuvo ni en el banco de los suplentes ante Estudiantes, lo que generó dudas sobre la decisión del cuerpo técnico.

Vivas se encargó de aclarar que “fue una decisión táctica, de las tantas que debe tomar un técnico. Como necesitaba un jugador de mayor recorrido, para marcar en ataque, opté por Sánchez Sotelo. Y después, dejé a Ramírez entre los suplentes. Pero eso no generó ningún conflicto, porque Caballero se lo tomó bien, estuvo acompañando a los jugadores y al final, festejó con sus compañeros, dándose cuenta que no había ninguna situación personal contra él, para nada”.

SIN CASTROMAN.- Para el partido del próximo lunes, frente a Vélez (a las 21, en Liniers), Vivas no podrá contar con Lucas Castromán, quien ayer llegó a las cinco amarillas, aunque recuperará a Matías Martínez, que cumplió la suspensión tras la expulsión en Mendoza.


EL ARBITRO
El mismo Lunati de siempre
BOSELLI MARCA UN GOL QUE LUNATI ANULO.

Desprolijo como siempre, Pablo Lunati (4 puntos, mediocre) fue la duda personificada y un compendio de mucho de lo que no debe hacer un árbitro en un partido. Pedirle que levantase el brazo para que todos entendiesen que había cobrado off side es apenas un mínimo detalle dentro de una sumatoria de decisiones y movimientos equivocados. Calificar su labor en base a si acertó más o menos en sus fallos, sería simplista. El problema de Lunati es eternamente su modo de conducción del partido, su estilo desenfrenado, permisivo y repentinamente duro por momentos, confundiendo a todos. El gol de Boselli termina por ser bien anulado por mano del delantero, pero él no vio nada, y su decisión fue producto de un mal manejo con su asistente uno Sergio Zoratti, quien se tomó cinco segundos -bastante- para, tras quedarse quieto, levantar su bandera. Hubo una acción en el centro del campo en el segundo tiempo, a patada pura, que el árbitro debió resolver pegando un silbatazo y cobrando la primera falta. Después, correr veinte metros para amonestar a Braña, también habla mal de su labor.

http://www.popularonline.com.ar/nota.php?Nota=425091#










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