domingo, 6 de septiembre de 2009

Las eliminatorias

Desorientada: la Argentina sucumbió ante el instinto asesino de Brasil

El equipo de Diego Maradona continúa debatiéndose en su impotencia y anoche Rosario fue otra escala sufriente rumbo a Sudáfrica;la inmadurez del conjunto nacional chocó ante la rudeza del seleccionado brasileño, que lo venció por 3 a 1 y se clasificó al Mundial

Derrotados y abatidos, los jugadores argentinos, encabezados por Messi, dejan la cancha de Rosario Central

ROSARIO.? Se cambió de cancha, pero los problemas continúan. La Argentina hizo de Rosario otra escala sufriente en su recorrido por las eliminatorias. El seleccionado fue víctima de su inmadurez y de sus carencias colectivas ante un Brasil duro como una roca, que actuó con instinto asesino apenas la Argentina salió a pecho descubierto, inocente y tierno. La Argentina no hizo de Brasil la bisagra que necesitaba para darle un giro a su preocupante actualidad.

Cuando un equipo no tiene estabilidad, basta un par de desajustes para que se venga abajo. Fue lo que le ocurrió a la Argentina en el primer tiempo, que lo echó a perder con su blandura defensiva para contrarrestar el poderío físico de Brasil en el juego aéreo y en acciones con la pelota detenida. En apenas siete minutos, entre los 23 y los 30, a la Argentina se le esfumó el planteo ordenado y de buena posesión con el que había empezado. El seleccionado, detrás de esa fachada interesante, cubierta de buenas intenciones, se reveló como un equipo blando en las dos áreas. Brasil se lo hizo pagar con contundencia y determinación.

El equipo de Dunga, más allá de la calidad de varias de sus individualidades, en su repertorio no le hace mucho lugar a los lujos o al jogo bonito. Se mueve con consistencia y ejecuta con pragmatismo, dos armas suficientes para desnudar las flaquezas de la Argentina, que pasaron de lo estructural a lo anímico.

El comienzo de la Argentina creó ilusión. Funcionaba en bloque ante un rival que le cedió la iniciativa y lo esperaba en su campo, con jugadores que impresionan por su tamaño y potencia física. Verón se hizo conductor y con la pelota intentó hacerse el socio de todos. Buscaba en corto y en largo, y aceleraba cuando encontraba algún compañero que se desmarcaba. La Argentina era bastante prolija y no dejaba que Brasil progresara con la pelota. Pero encontraba un límite en el área visitante, donde la defensa respondía con un rigor que incomodó mucho a la Argentina.

La participación de Messi era muy discontinua. En una posición más centrada, las veces que buscó la maniobra individual terminó chocando con alguno de los robles brasileños. Tampoco le resultó fácil asociarse con Tevez. Es un desentendimiento que se prolonga y termina perjudicando las posibilidades ofensivas.

Brasil tenía una actitud contemplativa, de espera, bastante especulativa. Vino a Rosario sin apuros ni urgencias. Con la convicción de que podía hacer un buen negocio si aguantaba las embestidas de la Argentina y luego se desplegaba con las flechas que tiene del medio hacia arriba. Pero no le hicieron tanta falta esos recursos. Le alcanzó con otra de las herramientas que lo hacen temible: el juego aéreo, vía por la que consiguió varios goles en la obtención de la Copa Confederaciones. Todo se le facilitó porque la Argentina cometió un descuido imperdonable para el alto nivel internacional: permitió que Luisao, a quien tendría que haber marcado Heinze, cabeceara con una comodidad que ni en las prácticas encontraría.

Para la Argentina fue un golpe duro, ya que el desarrollo lo tenía bastante controlado. Le entraron las dudas y las inseguridades. Perdió fluidez en el control de la pelota. Un mal momento que Brasil lo aprovechó. Otro tiro libre; el remate de Elano se desvió en la barrera y dejó a toda la Argentina desacomodada; entre Kaká, Maicon y Luis Fabiano le dieron forma al segundo gol.

El panorama no podía ser más complejo. La Argentina no tiene los mecanismos desarrollados para resolver este tipo de dificultades ante un rival habituado a la alta exigencia internacional.

Maradona apostó en el segundo tiempo a la fórmula de tres delanteros, con el ingreso de Agüero. Todo fue forzado y friccionado, a gusto de este Brasil, que en el choque y el cuerpo a cuerpo estableció claras diferencias. La voluntad fue insuficiente porque a la Argentina le costó armar jugadas y llegar con peso al área. Se dependió más de los intentos individuales, y no hubo tanto fuelle ni talento para moverle el piso a Brasil. El golazo de Dátolo, con un zurdazo de media distancia, encendió una luz que se apagó enseguida con el contraataque letal que construyó Kaká y definió Luis Fabiano con gran categoría.

La Argentina siguió debatiéndose en su impotencia. El público rosarino, no mucho más fervoroso que el que asiste al Monumental, le reconoció la entrega a la Argentina. Pero el equipo no crece, está peligrosamente estancado.

16 años pasaron de la única caída de la Argentina como local (0-5, con Colombia, en 1993)


LAS CLAVES

El poderío físico

Fue determinante el poderío físico de Brasil para defenderse y para aprovechar el juego aéreo en el sector ofensivo, en especial, en sus marcadores centrales, Lucio y Luisao.

El derrumbe anímico

Para la Argentina fue demasiado importante el golpe anímico de encontrarse dos goles abajo y le costó demasiado recuperarse ante la adversidad.

La jerarquía individual

La categoría individual de Brasil marcó distancias. En la defensa dominó físicamente y en el ataque sacó ventajas con la velocidad de Kaká y la contundencia de Luis Fabiano.


EL DATO

Rosario, un escenario que le sienta mejor al seleccionado brasileño

En Rosario, el seleccionado argentino sigue sin poder derrotar a Brasil. Con el juego de anoche, lo recibió tres veces: 0-1, en 1975, 0-0, en 1978, y 1-3, en 2009.


EL HISTORIAL

Un nuevo éxito para consolidar el dominio verdeamarelo

Brasil ahora domina el historial con 34 éxitos sobre 33 de la Argentina y 23 empates. De los últimos 11 choques, Brasil ganó 7, empataron dos y la Argentina ganó otros dos.


EL DATO II

Se extiende la racha triunfal del equipo que conduce Dunga

Brasil extendió su invicto a 18 partidos ?14 triunfos y 4 empates, con 43 goles a favor y 10 en contra?. No pierde desde el 15 de junio de 2008 (0-2 vs. Paraguay, en Asunción).

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1171427&origen=NLDepo


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ARGENTINA 1 - BRASIL 3

SIN ORDEN NI PROGRESO: Argentina buscó y no pudo, Brasil, cuando quiso, ganó

Dunga aseguró su lugar en el Mundial. Maradona debe seguir sufriendo

¿Y QUE QUERES QUE HAGA?, PARECE DECIR MARADONA.
ALBERTO CALLEGARI
ROSARIO (Enviado especial).- Brasil ríe. Argentina hace puchero. Ni el cambio de escenario, ni la motivación del cuerpo técnico, ni el juramento conjunto, ni la presencia de las estrellas de Europa, le permitieron a la selección de Maradona sortear con éxito el clásico dueño de la atención de buena parte del planeta. Ganó Brasil, con practicidad, contundencia y solidez y se clasificó para la Copa del Mundo. Perdió Argentina (su segunda derrota de local en eliminatorias) con lo que mantiene comprometida su marcha rumbo a Sudáfrica, a dos puntos sobre la línea del repechaje.
En el mismo amanecer del partido la selección Argentina mostró la uñas y dejó en claro sus intenciones. Se jugaban apenas cuarenta segundos cuando Verón armó la primera emoción de la noche rosarina: pase a la derecha, aparición libre de Maxi Rodríguez y Tevez, en el primer palo, por muy poco no consigue la apertura del marcador. Desde allí el partido se armó con un solo equipo sobre el campo de juego; Verón dueño de la escena, Messi con arranques desequilibrantes, Tevez imparable y una disposición generosa para presionar en todos los sectores del campo y hacer circular el balón aprovechando todo el ancho del campo.

Brasil, con calma
Brasil, por su parte, pastoreó el escenario con excesiva calma. Primero se encargó de absorber el clima de la caldera que representaba el Gigante de Arroyito; después, se preocupó por tratar de cerrar espacios a los intentos argentinos, algo que no siempre consiguió. Messi apareció suelto con un zurdazo violento que perdió dirección al llegar al arco pero que pareció una advertencia de autoridad del equipo local que no pasaba sobresaltos. Sin embargo, enfrente estaba Brasil que, aún aparentemente maniatado, ofrece en todo momento el potencial de la jerarquía de sus individualidades.
Entonces la carta natal del juego empezó a modificarse. Porque Kaká, con poca presencia en el arranque, encontró algunos espacios a espaldas de Mascherano y las aprovechó. Así generó tres faltas de las cuales surgieron tiros libres que hicieron temblar la tierra bajo los pies argentinos; dos de ellos fueron determinantes para condicionar el marcador. Primero, tras infracción de Mascherano, Elano mandó un centro frontal que encontró en alarmante soledad a Luizao quien cabeceó de manera magnífica para colocar la pelota abajo, como mandan los libros, contra el palo más lejano.
Muy poco después, sobre la media hora, y cuando Argentina todavía no había acusado recibo de la desventaja, Brasil volvió a castigar duro. Esta vez fue una falta que fabricó Kaká ante Maxi Rodríguez, otra vez Elano con el guante de su pie derecho, rebote en la barrera que recoge Kaká sobre la izquierda, centro rasante al corazón del área donde los defensores argentinos continuaban su siesta, Maicon remata seco y el nuevo rebote le queda a Luis Fabiano -solo- para anotar el segundo.
Argentina tuvo energías como para reaccionar y, tras un desborde de Tevez, Maxi Rodríguez estuvo a punto del descuento, pero Julio Cesar tapó el remate con el pie. El dominio del equipo local, sin embargo, el control del balón no coincidió con las situaciones de gol que generó el equipo que, de todas maneras, no mereció irse al descanso dos goles abajo.

La luz de un fosforo
Tras el descanso, Maradona mandó a la cancha a Agüero para atacar con tres, pero el Kun no logró alterar la temperatura del juego. Sin embargo, huno un instante en el que renació la esperanza argentina, después de que un rayo en el botín izquierdo de Dátolo voló desde treinta metros al ángulo de Julio Cesar. Se levantó el público y bramó por el empate, pero el letal Brasil no le dio tiempo a Argentina a terminar de ponerse de pie. Apenas dos minutos después Kaká condujo una réplica fantástica, pase hermoso para Luis Fabiano que picó la pelota sobre el cuerpo de Andújar con una definición tan maravillosa como la asistencia.
Luego hubo un intercambio de golpes: Milito perdió un mano a mano ante Julio Cesar y Daniel Alves mandó un misil que Andújar logró arañar al corner. Pero la historia ya estaba escrita; Brasil, con argumentos más sólidos, sopapeó las buenas intenciones argentinas, el único argumento que presentó en Rosario.


Armamos el carnaval y terminamos bailando una batucada
El Gigante estuvo a full, a puro colorido, pero al final fue todo una decepción
LA IMPACTANTE PANORAMICA DEL ESTADIO DE ARROYITO, QUE PARECIO MAS GIGANTE.
ROSARIO (Enviados especiales).- Cerca, muy cerca, el pueblo argentino hizo estallar el estadio de Arroyito y con los fantasmas de aquel empate del mundial de 1978, el equipo de Diego y el de Dunga jugaron el trascendental partido de eliminatorias. Los gritos, el aliento, la presión y el calor de los 40 mil hinchas argentinos, al final quedaron deshilachados ante un Brasil superior que terminó quedándose con la fiesta junto a sus enloquecidos torcedores. Argentina armó el carnaval y terminó bailando la batucada al ritmo de Kaká y compañía.
Desde muy temprano, las orillas del Paraná se poblaron de una ola inmensa celeste y blanca. Miles y miles de peregrinos fueron en busca del altar del fútbol en busca de una celebración cargada de emociones, ansiedades, rezos y gritos. Todos con los mismos colores, todos dejando de lado las las cuestiones internas relacionadas con amores de barrio, para el abrazo a un amor mayor que es el fútbol argentino. Apurados por las ganas que el juego arranque rápido, varias horas antes cuando se abrieron las puertas de la cancha los hinchas poblaron. Por eso, a dos horas del inicio el clima ya era caliente y los gritos le pusieron música al atardecer rosarino.
Cuando sólo faltaba una hora, ya el estadio desbordaba de nervios, cantos y banderas celestes y blancas. Unos 800 brasileros hacían su batucada en la platea alta, sin importarles que la inmensa mayoría los tapaba con el himno de siempre, el del 78 cuando gritaron en esa misma cancha el “vamos vamos Argentina...”. La noche ya entraba en escena y el fútbol abría sus puertas cuando los equipos salieron a una entrada en calor que provocó el primer gran estallido de alegría. Maradona y Tevez fueron los más convocantes. Mientras que del otro lado, el arquero Julio César sufrió y mucho al soportar la explosión de un petardo que le cayó al lado.
Después a jugar y a sufrir. Primero con el “ole” de los primeros minutos cuando casi anota Tevez tras una gran jugada de toque. Luego con las sensaciones de alentar para que el equipo vaya al frente y con la amargura de un primer tiempo en derrota que nadie esperaba y que dejó al estadio en un silencio atroz. Para la segunda parte, la locura sólo asomó con brillo cuando descontó Dátolo, pero Brasil le tapó la boca a todo con esa definición con clase de Luis Fabiano. Allí todo se derrumbó, el Gigante que había quedado chico terminó a pura tristeza.

Famosos y personalidades
El clásico tuvo entre las 40 mil personas, a muchas personalidades públicas que estuvieron presentes en el Gigante de Arroyito para darle su aliento al seleccionado argentino en el partido frente a Brasil, como Gabriel Batistuta, quien tuvo protagonismo en las horas previas. El ex goleador del seleccionado argentino habló con el entrenador albiceleste, Diego Maradona, para manifestarle su apoyo y le envió un mensaje de aliento a los jugadores, lo propio hicieron David Nalbandian y Guillermo Coria. Nalbandian llegó al hotel Ros Tower cuando el plantel estaba almorzando y fue breve, saludó a Maradona -con quien mantiene una excelente relación- y los jugadores.
El Gigante de Arroyito estuvo inundado de personajes, como Richard, un guatemalteco “fanático de la Argentina” y dos japoneses, con rastas en sus cabelleras, que le tomaban fotografías a todo lo que se movía. Tampoco faltó el famoso “Lechuga” (Alejandro Galdángelo) quien llegó al estadio con su típica bicicleta y un merchandising muy particular, que incluyó a un muñeco, “Pepe” también vestido con los colores argentinos.
Diego metió a los brasileños en una caldera

ROSARIO (Enviados especiales).- Esta ciudad que destila, respira y transpira fútbol, le debe a Diego Maradona el hecho de haber sido el responsable de que este Argentina-Brasil se haya jugado en el Gigante de Arroyito. El DT albiceleste “metió” a los brasileños en una verdadera caldera, donde leprosos y canallas dejaron por un par de horas sus colores en el ropero y se mezclaron en un sólo grito de apoyo incondicional a la camiseta nacional.
Durante la última semana, Rosario vivió cada minuto con una intensidad inusitada. Los “acampes” en el estadio de Central pugnando por una entrada, los puestos callejeros de venta de banderas y camisetas también fueron una postal de esta fiebre por la selección. En los bares y en cada oficina no se hablaba de otra cosa que del clásico sudamericano.
Todo se volvió “imposible” en la mañana de ayer, cuando las calles se inundaron de gente que llegó de todos lados. Incluso muchos extranjeros “no brasileños”. Turistas e hinchas de diversas nacionalidades invadieron la ciudad, como peruanos, serbios, noruegos, mexicanos, ecuatorianos, rusos, israelíes, chinos, canadienses, italianos, españoles. También los restaurantes, shoppings y los lugares tradicionales se vieron copados en un día muy especial: el día de un Argentina-Brasil que convirtió a Rosario en una ciudad cosmopolita.
Por tal motivo, la reventa de entradas estuvo a la orden del día y fuentes policiales aseguraron que incluso se habían detectado varias localidades falsas. En las peatonales Córdoba y San Martín, en pleno centro de Rosario, estaban apostados los revendedores, quienes en cuanto escuchaban que había gente buscando su entrada, se “movían” para hacerles conocer su oferta de generales y plateas. En la zona del Gigante, el tránsito se cortó en las primeras horas de la tarde aguardando la apertura del estadio que estaba prevista para las 17,30.
Rosario amaneció mansa y tranquila. Pasadas las 9, la zona de los hoteles donde se alojaban ambas selecciones no mostraban presencia de hinchas, salvo un puñado de policías que custodiaban los cortes de calles. Eso sí, un pasacalles en la esquina de Tucumán y Dorrego -a metros del Holliday Inn, donde se hospedaba Brasil- se encargaba de recordarle al scratch que “Dios es argentino, y jugó en Newell’s”.
En el Ros Tower, bunker albiceleste, el correr de las horas hizo que mucha gente se pusiera a contemplar el edificio con la ilusión de ver -al menos por un ratito- a uno de sus ídolos. Estaba claro: No fue un sábado más para los argentinos, y mucho menos para los rosarinos.
TEVEZ
Carlitos otra vez quedó en deuda con la SelecciónNunca encontró su lugar en la cancha; encima, la defensa de Brasil lo terminó diluyendo
TEVEZ LUCHA LA PELOTA CON EL GIGANTE LUIZAO. EL APACHE SE MOVIO POR TODO EL FRENTE DE ATAQUE.

Algo pasa con nuestras estrellas que brillan en Europa que cuando se ponen la camiseta de la Selección se convierten en jugadores ordinarios y oscuros. Aquí encaja Carlos Tevez, un jugador que siempre promete más de lo que concreta, y mucho de esto sucedió en la derrota contra Brasil. Maradona se la jugó por Tevez para acompañar a Messi y el resultado fue pobre. Por Brasil y también por estrategia de Argentina, Tevez jamás pudo encontrar su lugar en la cancha y como se viene haciendo costumbre, -especialmente después del Mundial de Alemania-, quedó en deuda.
Ilusionó Carlitos de entrada. No se habían cumplido un minuto del partido cuanto el Apache encaró por derecha y metió una pelota profunda al corazón de área y Messi no llegó a conectar por muy poco.
Fue una buena muestra de lo que podía producir el jugador de Manchester City, pero a medida que los minutos comenzaron a correr no sólo le costó encontrar su posición en la cancha, sino que además la pelota no le llegaba de ninguna forma; entonces Carlitos debió tirarse a la derecha, casi superponiendo la posición con Messi y dejando la franja izquierda para las turbulentas subidas de Dátolo. Esa decisión que empujó a Tevez a jugar cada vez más lejos de la defensa brasilera iba de la mano del poco fútbol que generaba Argentina.
Un Tevez si protagonismo apareció a los 27 minutos para robarle una pelota a Lucio y sobre los 32 minutos logró que el árbitro amoneste a Luizao por una infracción. Citarlos aparecía más en facetas secundarias que en las importantes. Brasil creo un vallado defensivo con dos líneas defensivas bien claras que sacó del partido a Argentina, y también las posibilidades ofensivas de Mises y Tevez, que cada vez veían el partido más cerca de los volantes argentinos y más lejos de Julio César.Tevez apareció nuevamente sobre los 37 minutos con su segunda jugada productiva de la etapa. Bien tirado sobre la derecha ganó la banda, mandó el centro y Maxi Rodríguez no llegó a conectar por muy poco. El resumen de la primera etapa fue un Tevez lejos del área, intermitente y sin respuestas frente a la dura rocosa defensa brasileña.
La ingreso de Agüero en el segundo tiempo determino que Tevez volviera a su posición de delantero por izquierda. La idea de Maradona de poner a Messi, Agüero y Tevez adelante era una buena opción para quebrar a una defensa que había hecho de la solidez una marca registrada. Con lo único que se hizo notar Tevez en la segunda etapa fue con remate desde lejos que salió totalmente desviado.

Milito al rescate
A los 23 minutos Maradona se cansó de la ineficiencia de Tevez y mandó a la cancha a Diego Milito buscando potencia ofensiva y renunciando a jugar a la pelota por abajo, aunque Tevez quedó en deuda por su rendimiento.
Las soluciones que trajo Milito desde el banco fueron mínimas. Se suponía que iba a jugar contra los centrales brasileños, pero ese no es el juego de Milito que acostumbra a tirarse preferentemente a los costados, y así fue; Milito se tiró a la derecha y más que producir algo para el equipo sirvió para agregar un poco más de confusión a un equipo que nunca supo como romper el cerrojo brasileño.



HOY, EL REGRESO
Una historia que sigue en Asunción

diego, muy preocupado, con mancuso.

ROSARIO (Enviados especiales).- ¿Cómo continúa esta historia? Con todavía una parte del público sin retirarse del estadio, la delegación argentina cargó sus bártulos y encaró el regreso al hotel cinco estrellas Ros Tower, para pasar la noche sin tiempo para formular análisis o conjeturas. En el horizonte inmediato está Paraguay y como se sabía de antemano, no hay espacio para entrar en la distensión, puesto que un capítulo se cerró y se abre otro a la vuelta de la esquina. El plantel que conduce Diego Maradona se encerró nuevamente en su alojamiento donde permanecerá hasta hoy por la tarde, cuando, teas el almuerzo, emprenda el regreso a Buenos Aires en las dos unidades Chevalier con las que arribó a esta ciudad, y en un horario similar al del viernes, es decir, a aproximadamente las 16.30. Los jugadores, a su regreso al predio de Ezeiza, tendrán la noche libre para verse con sus familiares y recién mañana por la tarde se juntará nuevamente todos sus integrantes, ya para pensar en un nuevo compromiso por las eliminatorias, por la decimosexta fecha, en Asunción el miércoles a las 20 (hora de la Argentina) cuando el seleccionado que dirige el Tata Gerardo Martino reciba a los de Diego en el estadio Defensores del Chaco, con arbitraje del internacional brasileño Salvio Fagundez.

Mirando a Asuncion
El plantel albiceleste entrenará mañana mismo por la tarde y el martes por la tarde tendrá su vuelo directo a Asunción, con la idea adicional que Maradona esta vez sí -como no hizo en esta ocasión en el Gigante de Arroyito- disponga que sus jugadores “reconozcan” en piso del Defensores del Chaco por la noche, antes de la cena. Obviamente, cómo formará Argentina para el próximo partido, tan importante como el concretado anoche en Rosario Central, es todavía de prematuro análisis. La clasificación al Mundial de Sudáfrica todavía requiere de una confirmación y Diego y los suyos van a buscar ahora los tres puntos en Paraguay, para no tener que autoobligarse a sumar si o si un triunfo ante los peruanos, en la penúltima fecha, antes de cerrar en el Centenario de Montevideo frente al siempre complicado Uruguay. A esta altura de los acontecimientos, realmente poco importa la figuración final en la tabla. Sólo estar entre los cuatro primeros, para no tener que depender de jugarnos nuestra suerte como en 1993 ante Australia, cuando Basile debió recurrir a los servicios de Maradona para clasificar al seleccionado a la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994.



EL BRASILEÑO SE IMPUSO EN EL DUELO DE CRACKS ANTE LIO MESSI:
En la Selección no puede ser el mismo
Se esperaba mucho de él, pero la Pulga jugó un partido flojo
MESSI CHOCO MUCHO Y APORTO POCO: AQUI SE ESCAPA.

ROSARIO (Enviados especiales).- Por ahora Lionel Messi no puede ser el del Barcelona cuando viste la camiseta de la Argentina. Mucho se esperaba de él para este clásico, pero sólo cumplió un encuentro aceptable. En el duelo de super estrellas, el ganador claro fue Kaká, quien metió una asistencia y fue mucho más que el “10” argentino, a pesar de tener menos contacto con la redonda. Lamentablemente, el delantero todavía está en deuda con la gente de este país. Y todavía se sigue esperando mucho de él.
El argentino comenzó el partido con mucha movilidad, pero la misma fue decreciendo cuando pasaban los minutos. En los primeros instantes el Pulga aparecía por derecha, por izquierda y por el centro, retrasándose en varias oportunidades para tratar de armar juego. Además, era el encargado de la mayoría de las pelotas paradas.
Por momentos hizo bien su tarea y tuvo una jugada muy clara para abrir el marcador cuando probó de afuera del área y su remate se fue cerca. Sin embargo, los dos goles de Brasil en esa primera mitad pegaron duro en el ánimo del equipo argentino, pero también en el de él.
En ese tramo Lío se puso nervioso y recurría constantemente a los intentos individuales para tratar de generar peligro. Esto no ocurrió y los últimos minutos de la primera parte del jugador del Barcelona fueron pobres. Por momentos da la impresión que quiere demostrar en la selección lo que muestra en su club, y eso le juega en contra.
La segunda mitad mostró a un Lío sin juego. El “10” quería seguir demostrando que se puede sacar a varios hombres de encima, pero ayer tuvo un encuentro pobre. Sus avances individuales no son los mismos que se ven por televisión, cuando juega en el Barcelona. Y los argentinos seguimos esperando que muestre todo lo que puede dar en la selección.
Su segundo tiempo fue para el olvido. No había jugado bien en el primero, pero en esta parte apareció aún menos. Se empecinó mucho en su juego y perdió la mayoría de las veces en las que quiso romper el cerrojo defensivo del scratch.
Para el final sólo quedaba ver la impotencia del hombre del Barsa, que seguía tratando de pasar por encima de sus rivales. El resultado fue casi siempre el mismo, ya que perdió en la mayoría de las ocasiones.


KAKA: Una estrella que tuvo su brillo en Rosario
Metió una exquisita asistencia y también participó del segundo
KAKA OBSTACULIZA EL CABEZAZO DE DATOLO.

ROSARIO (Enviados especiales).- Kaká demostró que es una estrella de nivel internacional. El mediocampista tuvo apariciones importantísimas en su equipo y participó de dos de los tres goles de la visita, uno con una asistencia exquisita. Sino fuera por la gran actuación de Luis Fabiano, que marcó dos tantos, hubiese sido la gran figura de la noche. Lo cierto es que en la selección demuestra lo mismo que hace en los clubes en los que está. Y eso es lo que le falta a Lionel Messi, que todavía no puede ser el del Barcelona cuando viste la celeste y blanca.
En la primera parte el futbolista del Real Madrid tocó pocas pelotas, pero cuando entró en acción siempre jugó la redonda con criterio y hasta participó del segundo tanto de la visita. El volante fue importante para su equipo, que dominó en la etapa inicial.
Se ve que Diego Maradona tenía una estrategia clara para pararlo, ya que cuando entraba en juego, era derribado por un futbolista del combinado nacional. En esa etapa inicial le hicieron cuatro infracciones al brasileño, que se mostraba fastidioso por el trato que le dieron los argentinos.
Hasta fue amonestado por discutir la amonestación de Lucio, que cometió un foul similar al que minutos antes había realizado Javier Mascherano, a quien no le habían mostrado la amarilla hasta ese momento. Después se dedicó a jugar y mostró lo importante que es para su equipo.
Su mejor aparición en los primeros 45 minutos fue en el tanto de Luis Fabiano, ya que él fue el que hizo la jugada previa al disparo de Maicon, que terminó con el rebote de Andújar y el posterior tanto del atacante del scratch. Kaká no apareció mucho, pero fue vital cuando la tuvo en los pies.
En el complemento la estrella de la verdeamarelha volvió a ser clave en un gol brasileño. Además, apareció en un momento justo y difícil, ya que la Argentina había descontado minutos antes. Ahí, Kaká frotó la lámpara y le metió un pase exquisito a Luis Fabiano, que también definió con gran categoría.
En los últimos minutos, una de las figuras de la cancha, no entró mucho en juego, pero ya había ofrecido lo más destacado de su repertorio. Sin tener mucho contacto con la redonda, le alcanzó para ser determinante.


DESDE LO TACTICO, NUNCA SE PUDO LOGRAR EL OBJETIVO BUSCADO
Se cambió el esquema, pero no se mejoró el rendimiento
Arrancó con un 4-4-2, pasó al 4-3-3, pero nunca halló el camino
¿Y SI EN LA PROXIMA JUGAS VOS, DIEGO..?

MARIANO COMELLI
Rosario (Enviado Especial).- Argentina se plantó con intenciones ambiciosas desde el comienzo. En principio, como se sabía, Diego Maradona cambió el sistema táctico que utilizó en los otros partidos que jugó como local por eliminatorias. Pasó del 3-4-3 (como jugó ante Venezuela y ante Colombia) a un 4-4-2. Buscó pararse bien adelante en la cancha, con Verón como un segundo volante central pero no al lado de Mascherano, sino más arriba, con la idea de asociarse a Messi, que no jugó volcado por derecha, sino que lo hizo por el medio, retrocediendo para hacerse de la pelota e intervenir más en el partido. Como jugó la final de la Champions League para Barcelona ante Manchester United, más o menos.

Sin juego por los costados
El tema fue que Argentina no tuvo apertura de juego por los costados. Poco de Zanetti y de Maximiliano Rodríguez por derecha y menos aún de Heinze y Dátolo por izquierda. Tevez tuvo más espacios, al jugar Argentina con dos delanteros y no con tres, y pudo rotar por el frente de ataque. El equipo se sostuvo en una buena actitud, hasta que Luizao convirtió el primer gol de Brasil, aprovechando el punto débil argentino: la defensa. Domínguez y Otamendi se entienden muy bien en Vélez, pero dentro de una estructura de equipo muy aceitada. La Selección es otra cosa y hubo muchas desinteligencias, que ante los brasileños no se pueden permitir. Lo mismo se vio en el segundo tanto.
En el segundo tiempo cambió el dibujo. Entró Agüero por Maxi Rodríguez, Verón se volcó como volante por derecha, Agüero y Tevez de punta con Messi unos metros más atrás de los dos delanteros.
No le sirvieron demasiado los cambios. Más allá de que controló la pelota, no fue punzante Argentina. Tampoco lo fue con el ingreso de Milito por Tevez. No pudo Argentina encontrarle la vuelta al partido. Ni le dio tiempo a ilusionarse el gol de Dátolo, porque Brasil anotó el tercero enseguida en una jugada rápida ante una defensa argentina muy abierta.
No dieron resultado, entonces, las variantes realizadas. El equipo argentino logró manejar el balón una buena parte del partido, pero eso no le significó estar cerca de la victoria. Habrá que ver qué replanteos se hacen de cara al miércoles, contra Paraguay.


uno por uno
Estrellas sin brillo propio
El equipo de Maradona no tuvo argumentos como para evitar la derrota
MANCUSO ACOMPAÑA A LOS JUGADORES TRAS LA DURA DERROTA.

GUSTAVO FERRATO
ROSARIO.- Desilusión gigante. Las estrellas argentinas no brillaron en el cielo rosarino y la clasificación para la cita mundialista del año que viene se complicó. El de Diego Maradona no fue un equipo y en análisis del hombre por hombre ninguno de salva de la reprobación.
Vamos por línea. Mariano Andújar tuvo que luchar contra la efectividad del rival a la hora de pisar el área y con una defensa endeble tanto de arriba como de abajo.
Está dicho que el fondo hizo agua. Javier Zanetti no escaló nunca y ni siquiera aportó oficio. Sufrió cuando tuvo que cubrir el recorrido de toda la banda derecha en el segundo tiempo. La dupla central de Vélez, Sebastián Domínguez y Nicolás Otamendi fracasaron sobre todo en el juego aéreo ya que cada centro que viajó hasta su sector, fue jugada de peligro. En el centro del primer gol, el de Luizao, el que pierde la marca es, justamente, Domínguez. Del lado izquierdo, Gabriel Heinze no hizo nada bien; ni parado como “3” para evitar los desbordes ni, mucho menos, cuando intentó hacer la heroíca y se mandó a jugar de puntero izquierdo para tirar centros muy anunciados.
El mediocampo también perdió en todos los sectores. Por la derecha se paró un Maximiliano Rodríguez que todavía está buscando su posición en el campo de Central. Por algo, se quedó en el vestuario y no salió a jugar el segundo tiempo. En el otro extremo, el zurdo, el indescifrable Jesús Dátolo aportó mucho más vértigo y un golazo impresionante de zurda desde afuera de larga distancia. No alcanzó.
Claro que gran parte del fracaso argentino estuvo en el centro de la cancha. Allí donde debían imponer su presencia tanto el capitán Javier Mascherano como Sebastián Verón. El “5” se manejó con muchos nervios, arrastró una amarilla desde el primer tiempo (debió ser amonestado mucho antes) y redondeó el peor partido individual desde que juega en la selección mayor. Lo de la Brujita, que por momentos confundió guapeza con prepotencia, fue uno de los pocos que entendió la manera que debía jugarse el partido. Por algo, la multitud lo despidió con aplausos.

Sigue en deuda
Ni siquiera su Rosario natal lo iluminó. Lionel Messi transcurrió los noventa minutos más importantes de su historia de selección entre lagunas y baches que deslucieron su actuación personal. No es ni por asomo el jugador que deslumbra al planeta fútbol con la camiseta de Barcelona. Claro que el juego de equipo que lo rodea no es el mismo. Ayer, no tuvo compañía y siempre corrió en desventaja con relación a los defensores brasileños.
Obviamente que mantiene el crédito abierto porque sin él la historia podría ser aún mucho peor. El otro delantero, Carlos Tevez, también tuvo una noche negra. No terminó ni una jugada bien y fue reemplazado cuando promediaba el segundo tiempo.
Ni siquiera la otrora mano salvadora del entrenador argentino puso cambiar el desenlace de la noche rosarina. Los cambios no revirtieron la suerte del equipo que ya estaba sellada desde ese olvidable primer tiempo.
Sergio Agüero intentó llevar la bandera de la recuperación con un par de gambetas cerca de la medialuna pero no hizo más que generar más rechazos de los centrales brasileños. Diego Milito se perdió un gol casi de frente al arquero visitante en una de sus primeras intervenciones.
En síntesis, noche negra de un equipo que viene en picada. Claro que nadie imaginaba una derrota tan clara y dolorosa y una desilusión tan “Gigante”.



UNO POR UNO
Un equipo que combinó talento con precisión
Tuvo la claridad de Kaká y a Luis Fabiano para la definición
LUIS FABIANO CELEBRA EL SEGUNDO GOL, CON ANDUJAR VENCIDO.

ROSARIO.- Tenían razón, nomás. Había que tenerles miedo. O, por lo menos, respeto. El equipo de Dunga aprobó una materia pendiente, ganarle a Argentina como visitante por eliminatoria y con claridad, y como premio selló el pasaporte a Sudáfrica a tres fechas del final.
Tuvieron todo los brasileños. Soltura y creatividad de la mitad de la cancha hacia adelante y fuerza e inteligencia para defender. Ni siquiera se pusieron nerviosos con el golazo de Dátolo que, apenas por un instante, comprometió su victoria. Por el contrario, ni se tomaron un respiro y respondieron con un golazo de antología. Sin dudas, un equipo que aparece por encima del argentino.

Luis Fabiano, el temible
El temible Luis Fabiano marcó el camino con su doblete goleador. Olfato para aprovechar un rebote de Mariano Andújar e impecable para definir por sobre la salida del arquero en el 3 a 1 final. Como para sacarse el sombrero lo del goleador de las eliminatorias que con los dos de ayer suma 9 perlas.
Claro que el andar del equipo brasileño giró en gran medida en la figura de Kaká. Inteligente para moverse detrás de Mascherano, se bancó todas las patadas y fue asistidor de lujo. Como para dejar en claro que con un armador con pie de seda, también se puede jugar en un gran nivel.
Además, este Brasil tuvo un arquero, Julio César, que respondió cuando se lo exigió a fondo con un par de atajadas decisivas y un verdadero pilar en la defensa como Luizao. El zaguero hizo el gol que abrió el camino de la gran victoria brasileña y después fue un muro para los atacantes argentinos.
El resto cumplió con creces. Tuvo un Elano ambicioso y asistidor, un Felipe Melo de movimientos muy claros, a Lucio para reventarla sin ponerse colorado, a Maicon que hasta tuvo resto para jugar en ataque. Y eso que Robinho se quedó en un par de firuletes y que Andre Santos y Gilberto Silva por momentos se dedicaron a “buscar” a Verón.


NI LOS LATERALES NI LOS DOS CENTRALES IMPORTADOS DE VELEZ FUNCIONARON
La defensa se lo hizo más fácil
En los primeros dos goles faltó resistencia y en el tercero, reacción
VERON ZAFA COMO PUEDE DE LA MARCA DEL LABORIOSO ELANO.

ROSARIO.- Maradona tuvo autocrítica y pronosticó que la clasificación para el mundial será “complicada”. Lamentó que Brasil golpeara en su primer llegada, que hiciera lo mismo para el segundo y que no llegó el tercero en el primer tiempo porque la tapó el arquero.
“No me gustó que nos lleguen por primera vez y nos hagan un gol, esto nos lo reprochamos en el vestuario. Lo controlamos cuando no estaba jugando, todo, pero en el primer centro nos embocan”, lamentó.
“Tenemos que ir a Paraguay a ganar y seguir ahí la historia. Va a ser duro y la clasificación va a ser complicada. La verdad es que pensábamos que íbamos a ganar, pero el primer centro que nos tiran nos hacen gol, el segundo también y el tercero lo sacó Andujar”, destacó.
“Estuvimos mal en las pelotas aéreas y lo pagamos caro. Salir a dar vuelta un resultado ante un equipo como Brasil es difícil”, agregó. “No me quejo de mis jugadores, pusieron lo que había que poner pero lamentablemente no nos fue bien”, sugirió.
La idea de salir de Núñez para que los jugadores de Brasil sintieran la presión de la gente, no funcionó. O tal vez si, pero no surtió el efecto deseado en el cuerpo técnico que esperaba un extra para lograr el triunfo. Para colmo, la derrota llegó en un aniversario de otra muy significativa.
La de ayer fue la segunda en la historia por eliminatorias como local: la otra había sido el exactamente 16 años atrás cuando cayó en el Monumental por 5 a 0 ante Colombia en la lucha por llegar al mundial de 1994.
Además, fue la primera que Brasil se impuso a la Argentina en el torneo Sudamericano que clasifica a los mundiales. La escapada a Rosario, dejó saldo negativo y estadísticas adversas. La fiesta en el Gigante de Arroyito fue para Brasil, que ganó el clásico y se clasificó para el mundial... en la cara del equipo de Diego Maradona.
La última vez que la Selección había perdido fuera de River jugando en el país, fue el 28 de diciembre de 1996, cuando en Mar del Plata cayó en un amistoso ante Yugoslavia por 3 a 2 y Daniel Passarella era el técnico.


Un video emotivo que no resultó
Diego intentó tocar a sus jugadores, pero con Brasil nada funciona
EL EQUIPO VIO UN VIDEO MUY EMOTIVO QUE PREPARO EL CUERPO TECNICO. NO SIRVIO DE MUCHO.

ROSARIO (Enviados especiales).- Si algo hacía falta para terminar una semana encendida desde lo emocional, se dio en las horas previas al gran choque de la noche rosarina, cuando el técnico de Argentina, Diego Maradona, decidió sorprender a sus jugadores con un video sensibilizador, con saludos de sus familiares e imágenes como para tocarle el corazón.
Esa arenga emotiva obró como un resorte que motivó a los futbolistas, quienes salieron enchufados a encarar el encuentro, pero el desarrollo del juego, con una rápida contrariedad en el marcador, hizo que todo se derrumbara rápidamente.
La iniciativa de Diego fue antes de la charla técnica, en el hotel donde el equipo argentino estaba concentrado, momento en el que reunió a todos los jugadores para pasarles la filmación que, según se pudo averiguar, les llegó al corazón.
En las imágenes había saludos de los familiares de los integrantes del plantel, las que dejaron sin palabras a todos, porque fueron elaboradas en secreto durante el último mes.
Para conmover aún más al equipo, Maradona incluyó imágenes de indigentes, de pobreza, para remarcarles que a ellos una victoria del seleccionado argentino ante Brasil les daría una gran alegría.
Desde que es el técnico argentino, Maradona siempre buscó llegarles al corazón a sus jugadores, pero en esta ocasión, si bien conmovió a sus dirigidos y logró que salieran más que motivados, la superioridad futbolística de los brasileños hizo inútil cualquier aspecto emocional.
La derrota pegó duro en el ánimo del equipo, y seguramente ese será uno de los aspectos a los que deberá apuntarle el técnico, además de las falencias futbolísticas, que exigirán un cambio de táctica y de nombres.
Habrá que ver si el entrenador sostiene a una dupla inexperta en partidos internacionales, como Domínguez-Otamendi, o decide darle una chance a un jugador con más rodaje, como Rolando Schiavi.
En el medio, hubo un gran fracaso, que fue el de Maxi Rodríguez, por lo que no habría que descartar el regreso de Fernando Gago; y arriba, con un Messi muy solo, habrá que ver que alternativa encuentra como acompañante.
Una chance es que juegue Diego Milito de movida o bien que recurra a Lisandro López, de gran rendimiento en el fútbol francés, que esta vez ni siquiera fue al banco de suplentes.

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