San Lorenzo 0 - 0 Racing
En un encuentro que se olvidará rápidamente igualaron en el Nuevo Gasometro. El Ciclón contó con la primera acción de riesgo del juego, a los 50 segundos, con un remate cruzado de Menseguez, que se fue cerca del palo derecho de Jorge De Olivera. El ex River y Wolfsburgo trató de usufructuar las debilidades de Matías Cahais para marcar sobre el lateral. A los 17 minutos, San Lorenzo generó una jugada curiosa, en la que los dos marcadores laterales confluyeron en ataque: Aureliano Torres envió un centro desde la izquierda y Pablo Pintos cabeceó por arriba del travesaño. El local propuso la iniciativa, favorecido por la escasa recuperación en el medio de Racing, que presentó un solo volante central. A los 26 minutos, Leandro Romagnoli metió un tiro esquinado, que Jorge De Olivera sacó al córner junto al palo derecho. El ex Sporting de Lisboa se movió con libertad pero contó con un escaso apoyo desde el costado izquierdo, puesto que Aureliano Torres debió recorrer casi cien metros para llenar ese espacio. No obstante, la expulsión de Aureliano Torres modificó los planes de Diego Simeone, quien introdujo a Gonzalo Bazán en lugar de Cristian Leiva, quien es por lo común el primer jugador en salir en la cabeza del entrenador. Con un jugador más, Racing se adelantó en el terreno pero sin claridad en los últimos metros. Para aprovechar la ventaja numérica, Ricardo Caruso Lombardi metió a Lucas Castromán por el juvenil Fariña y cambió el sistema a un 4-3-1-2, con Grazzini de enganche. En el segundo tiempo, Simeone intentó alternar en el fondo una línea de tres, dada la presencia de Bazán, quien ocupó el hueco dejado por Aureliano Torres. Como Racing tenía dos delanteros, con tres en zona le alcanzó al local para no quedar con los defensores mano a mano.Casi sobre el cuarto de hora, Simeone dejó a su equipo sin delantero en el área, puesto que sacó a Bordagaray e introdujo al mediapunta Alejandro Gómez. La Academia desaprovechó la superioridad numérica y desnudó su impotencia cada vez que tomó la pelota. San Lorenzo, por más que haya tenido un jugador menos en el campo, tampoco fue un dechado de virtudes al momento de elaborar juego. Menseguez, sin referencia en el área (con Bernardo Romeo en el banco), se las ingenió para rematar al arco, aunque sin claridad para definir. Así, sin pena ni gloria, se fue un clásico que tuvo un punto de inflexión en la expulsión de Aureliano Torres, que frenó a San Lorenzo y, al mismo tiempo, puso al descubierto las limitaciones de Racing para generar peligro.
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La falta de gol fue el espejo para San Lorenzo y Racing
RAMIREZ SUFRE ANTE LA PRESENCIA DE TORRES.
JORGE MUSCIO
San Lorenzo y Racing jugaron un clásico acorde a lo que es el mediocre fútbol argentino de hoy. Los dos tenían la necesidad de ganar, el Ciclón para tratar de acercarse a la punta y ver si en las próximas fechas podía meterse en la lucha por el título y la Academia como para empezar a ver el futuro de otra manera respecto a los promedios. Pero ninguno de los dos equipos lo hizo notar dentro de la cancha y el 0 a 0 les cayó justo. Para el de Diego Simeone quedó la excusa de jugar todo el segundo tiempo con diez jugadores, pero para el de Ricardo Caruso Lombardi ni siquiera le asiste esa vía para tratar de explicar su falta de audacia para ir a buscar los tres puntos. Si hasta en el complemento Racing dejó la impresión de tener miedo de adelantarse en la cancha, mientras San Lorenzo con uno menos lo puso en apuros en los minutos finales del clásico. Un clásico que merece quedar en el olvido cuando antes.
En el arranque del partido, el Cholo Simeone armó un rombo en la mitad de la cancha, con el Pipi Romagnoli como el volante más adelantado para que se junte con Juan Carlos Menseguez y Fabián Bordagaray. Como variantes ofensivas a San Lorenzo le quedaban los adelantamientos de Pablo Pintos por la derecha y en mayor medida de Aureliano Torres por la izquierda. Pero la falta de una referencia válida dentro del área le impidió llegar con peligro hasta Jorge De Olivera con juego asociado. Por el otro lado, Racing se paró en el medio de la cancha con una línea de cuatro, más adelante se ubicó Sebastián Grazzini y como único delantero Pablo Lugüercio.
Con tan pocos delanteros era hasta lógico que las llegadas de los dos equipos fueran tibias y de baja peligrosidad. Los dos remates más peligrosos del primer capítulo del partido fueron para San Lorenzo: el del Pipi Romagnoli lo mandó De Olivera al córner con mucho esfuerzo; mientras que el del Burrito Rivero se fue por arriba del travesaño. Pero ninguno de los dos fue adentro del área. Además, la postura cautelosa de Racing no cambió ni con la expulsión del paraguayo Torres, por doble amonestación. Caruso Lombardi mandó a la cancha a Lucas Castromán en lugar del habilidoso Luis Fariña, pero el delantero no iba a tener mayor injerencia. En el complemento las cosas no variaron demasiado. De todas maneras, pareció que Racing iba a soltarse. Que iba a ir en busca del arco de Migliore con la intensidad. Marcos Cáceres sacó un remate cruzado, que se fue desviado. Sebastián Grazzini quiso aprovechar un mal despeje de Gastón Aguirre, pero el arquero azulgrana se quedó con la pelota. Pero después de eso el partido se fue cayendo, tampoco el ingreso de Rubén Ramírez (por el lesionado Lugüercio) le aportó más pimienta a los ataques de Racing, que de a poco se fue acomodando en su campo sin animarse a tomar posiciones en el de San Lorenzo para jugar más cerca de Migliore que de De Olivera.
Por eso San Lorenzo pasó a tener el dominio de la pelota. Bien asentado en la zaga central, por los buenos trabajos de Aguirre y Bottinelli, y empujado por el despliegue de Rivero más lo que pudo hacer Sebastián González (en los pocos minutos que jugó), el Ciclón intentó llevarse por delante a Racing.
http://www.popularonline.com.ar/nota.php?Nota=411855#
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Racing y el juego del miedo
La mezquindad impuesta por Caruso le impidió ir por un triunfo
LUIS STOCIK
Los miedos de Racing fueron más fuertes que el anhelo del triunfo por lo que el equipo dirigido por Ricardo Lombardi, que se encontró con muchas facilidades para sumar de a tres, terminó defendiéndose ante un San Lorenzo cansado, en inferioridad numérica y que siempre pensó en ganar. La mezquindad se hizo costumbre en un Racing que aferrado a un escarbadientes intenta mantenerse a flote en un mar revuelto.
En épocas de vacas flacas suele ser recomendable conformarse con una dieta a base de verduras, como para palear la malaria tal le venía pasando a Racing. La dieta made in Ricardo Caruso Lombardi para escaparle a la Promoción incluyó todo eso pero además el entrenador les inculcó a sus jugadores el miedo a la vaca. ¡Ojo que muerde!. Por eso cuando este Racing muerto de hambre, en el aspecto futbolístico, se encuentra frente a un exquisito plato prefiere olerlo de lejos. Puede que se le haga agua la boca pero no le entra para darse la panzada. Es el miedo a engordar, es el miedo que le imparte el técnico desde el banco.
Con San Lorenzo pasó eso. De entrada el DT plantó un esquema para llevarse un punto que a esta altura, y como se vienen dando los resultados, solo sirve para estirar la agonía. Porque Racing si empata todos los partidos se va a la Promoción, mínimo, de cabeza. Parece que a Caruso nadie le avisó que que la temporada traía un borrón y cuenta nueva, que la gente había bancado un fútbol de entrega y pica piedra solo por necesidad, pero que no estaba dispuesta a soportar la misma historieta.
El destino quiso que San Lorenzo se quedara con un hombre menos desde temprano, otorgándole una chance inmejorable a Racing de sumar de a tres ante un Ciclón que hizo poco y que seguro sintió el desgaste del partido copero que sostuvo entre semana. Pero Racing no pudo con su cautela, no consiguió ahuyentar los fantasmas del conformismo, de la mediocridad y por eso terminó recibiendo la reprobación de su público y la humillación del rival.
Equipo chico
Las cargadas estuvieron a la orden del día de parte de los de Boedo, pero es un hecho que al analizar a Racing hay que hacerlo como un equipo chico. No en historia y demás, eso quedará para el folklore del fútbol, sino que su pecado es que plantea los partidos como lo haría un conjunto que se sabe en inferioridad desde el vamos. Y así no solo pierde prestigio sino que agranda a cualquiera, tal lo hizo con San Lorenzo; que terminó atacando y pugnando por el triunfo porque no encontró en su rival signos de querer más sino que todo lo contrario.
Si se mira el planteo, el 4-4-1-1 ultra ofensivo mutó a un 4-4-2 casi por obligación, porque Caruso siempre esperó a ver qué hacía Simeone para dar el siguiente paso. Nunca tomó la posta y mandó el equipo adelante sino que priorizó llevarse un punto. También es justo remarcar que tanto Castromán como Ramírez, los que entraron para cambiar la historia, estuvieron lentos y por demás desacertados. Lugüercio sigue con la entrega pero sin gol y que Grazzini piensa como Rubén paz pero ejecuta como Grazzini. Los dos goles en cinco partidos hablan por sí solos de lo ofensivo que resulta Racing para los rivales. “Vayan al frente la puta que los parió” fue el veredicto del hincha de Racing que espera el clásico con el Rojo para saber si termina de explotar.
http://www.popularonline.com.ar/nota.php?Nota=411862&fechaEdicion=2009-09-21%2000:00:00
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