lunes, 28 de septiembre de 2009

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Imágenes de anoche en el Cilindro de Avellaneda

http://picasaweb.google.com/aiaoeoaaa/Racing12Independiente#


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CHIPI CHIPI BOMBON: El Diablo dejó a Racing en las puertas del infierno



Dos goles de Gandín le dieron el triunfo y hundieron al vecino cerca del descenso

comentario: MARIANO COMELLI

Los días de la primavera parecen haberse empecinado en congelarles el alma a los terrenales. Hace frío, mucho frío. La solución es esperar que “el de arriba” se apiade y nos de una tregua. La otra, sacar pasaje directo al infierno; donde el Diablo ha preparado su propia fiesta y calienta como nunca. Es esa sensación la que empezó a experimentar Racing después de haber perdido el clásico con Independiente. Uno más en ese largo historial que parece inalcanzable a esta altura de su vida. Si hay un karma difícil de superar para la Academia, es su vecino.

El Rojo no sólo fue a su casa y le ganó el partido 2 a 1. También lo hundió en el pozo más profundo, cuya primera escala es la promoción y muy cerca viene el descenso directo. Pero no es sólo esto lo que envalentona al Tolo Gallego y sus muchachos; sino el mejorado nivel que comenzó a evidenciar el equipo frente a Vélez y que ratificó ayer con pasajes de buen fútbol. Sobre todo en el primer tiempo, donde el 2 a 0 le quedó corto al resultado.

Solo un equipo

En esos cuarenta y cinco minutos iniciales, Independiente fue el único equipo que hubo en cancha. Y Racing, con un esquema defensivo pobre y endeble, le facilitó las cosas. A los 2 minutos ya lo ganaba: Vella arrancó en su campo y cedió para Busse, el ex Gimnasia de Jujuy mandó el centro para Gandín -que a espaldas de Silvera- definió contra el palo derecho de De Olivera.
La Academia no terminó de hacer pie con el 3-4-1-2 prometedor que soñó Caruso Lombardi.

Hizo agua -más de la que cayó en toda la tarde- por todos lados; y en especial, por el lateral izquierdo de su línea de fondo. Por ese andarivel, Piatti marcó la enorme diferencia entre ambos. El problema de Independiente estuvo en la definición. Tuvo tres contraataques, con superioridad numérica en todas, y no supo definirlo. En cambio, Racing -sin tener tantas- casi le empata con un cabezazo de Cáceres que dio en el travesaño.

Al Rojo le alcanzó con ser expeditivo y contundente. Sin embargo, consiguió el segundo gol con una ayudita de Laverni. El árbitro vio penal de Aveldaño sobre Mareque (era obstrucción), y Gandín se encargó de cambiar por gol cuando se jugaba media hora de la etapa inicial. Un error de Gallego fue cambiar las posiciones de Busse y de Piatti, que generó una leve pero marcada reacción de Racing en el segundo tiempo.


Abierto a la ilusion

Lo único que podía mantener con vida a la Academia era un gol tempranero. Como finalmente ocurrió. A los 4 minutos, Grazzini se fue por derecha y metió el centro pasado, Ledesma -ex Rojo- se elevó y de pique al suelo mandó la pelota al fondo del arco. Se armó otro partido, aunque con la misma temática. Independiente ya no atacaba tanto, pero igual puso en aprietos a De Olivera. Un remate de Busse desde afuera del área y un cabezazo de Silvera dieron la señal de alerta.

Pero Racing fue sin importarle demasiado las circunstancias. Caruso ya había mandado a la cancha a Falcón, e hizo lo propio con Steinert y Velázquez, con lo cual reforzó el ataque con presencia en altura. Pero Racing llenó de centros el área roja, sin ideas. Así y todo estuvo muy cerca del empate, con una patriada de Cáceres -el mejor jugador albiceleste- que terminó en un cabezazo frontal de Aveldaño que se perdió por arriba del travesaño.

Los últimos minutos fueron jugados con lo dientes apretados. Racing lanzado al ataque, buscando desesperadamente a Ramírez y a Steinert. Independiente, en cambio, aprovechando el sufrimiento de su rival con la velocidad de Martín Gómez. El Rojo viene en alza, y ya lo demostró ante el campeón. El de ayer es un triunfo que más allá de servirle desde lo anímico, le permite soñar con algo más importante. Racing es la contracara, y su futuro tiende a convertirse en una nueva pesadilla.


EL ARBITRO
Laverni quedó en deuda


LAVERNI DEJO MUCHO QUE DESEAR.



Los árbitros están acostumbrándose a dirigir mal, y esta es una preocupante tendencia que se ve fecha tras fecha. Ayer le tocó el turno a Saúl Laverni (3 puntos), en el clásico de Avellaneda. Y el rosarino fracasó en su intento por torcer una historia que viene de mal en peor. Su tarea estuvo lejos de ser la ideal para un partido de semejante trascendencia.


Pueden llover las excusas a favor suyo. Que la cancha estaba rápida, que la cantidad de papelitos no lo dejaban ver con nitidez. O simplemente tener una mirada distinta sobre una decisión que terminaba perjudicando a uno de los equipos. La realidad indica que Laverni arrancó mal, con un patadón de Grazzini sobre Matheu que era para echarlo. Pero como apenas se jugaban cuatro minutos de partido, prefirió sacarle la tarjeta amarilla al volante de la Academia.

En su segunda decisión importante, sancionó penal en favor de Independiente, cuando en verdad debió haber marcado indirecto, por obstrucción de Aveldaño sobre Mareque. Tampoco vio ninguno de los muchos agarrones que hubo en el área, uno a favor de Racing en perjuicio de Castromán que fue muy evidente.

Otro dato importante: no midió con la misma vara cada una de las faltas. Amonestó a Mareque por llevarse la pelota con la mano y no cobró tres patadas muy fuertes -con riesgo para el rival- en la mitad de la cancha. Además, fue el principal responsable en no agilizar el juego y fueron escasas la participaciones de sus dos asistentes, Roberto Reta y Gilberto Taddeo.

http://www.popularonline.com.ar/nota.php?Nota=413513

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