A la larga, dicen, los puntajes que los equipos consiguen son una consecuencia de su rendimiento. El factor suerte puede torcer un poco para allá o un poco para acá, pero no más. Sólo el tiempo, entonces, ubicará a Racing en esta escala. Consumido el primer cuarto del torneo, el balance numérico habla de un 33% de puntos obtenidos, cinco de 15: pocos para un equipo que necesita muchos porque así lo requiere la lucha anti-descenso. Sin embargo, la sensación térmica va a contramano y dice que este Racing de Llop se está acomodando y camina lento. Pero camina al fin. Como en aquella película nacional de los años 80, Darse cuenta, en la que el protagonista accidentado debe volver a recuperar el andar pero, mientras, sufre, se deprime, parece que nunca lo va lograr y al final da el pasito.Racing tiene un andador y en eso se traslada, crece día a día. Hoy mejor que ayer, esperando mañana para seguir con su evolución. El diagnóstico indica algunas certezas que deberá pugnar por superar, como la falta de gol. Y vaya que tendrá que esforzarse y aguzar los sentidos para conseguirlo, porque de los goles depende ganar o no. Por eso, en cierto modo, sólo empató con Tigre. Porque las que tuvo no supo resolverlas, al igual que tantas otras a lo largo de estos cinco partidos que lo tiene con apenas dos goles a favor, uno de ellos -ante Argentinos- con el que sumó por única vez de a tres. Pero, en tanto, va reforzando ideas y tratando de forzar realidades. Jugando por abajo, apostando a la agresividad para recuperar la pelota en campo rival aunque a veces se atolondre y pase del vértigo al torbellino. Interesante la posición de Maxi Moralez, con gran despliegue para aparecer por cualquier lado, pedirla siempre y buscar el desequilibrio. Lo mismo que el ir constante por las bandas de los volantes. Tigre -que pareció conformarse rápido con la igualdad en Avellaneda- lo padeció, en especial en la primera etapa antes de que Cagna metiera mano y cerrara los extremos con el ingreso de Jerez. Ahí Racing se taró y el tiempo que se agotaba le agotó las piernas. Encima, la roja a Mercado -cuatro minutos después que la de Castaño- apuró las tablas cuando Racing se predisponía a sacar provecho del hombre de más. Pero fue hasta donde pudo, hasta donde le dio el cuero. Mañana, quizá, dé un pasito más.
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