lunes, 1 de septiembre de 2008


El ex Olimpo cree que Racing ganó respeto. "Ya dejamos de ser punto. Le daremos pelea a todo el mundo", dijo.

Los bocinazos incansables de Maxi Moralez, sumados a sus gritos, no consiguen apurar a su compañero. Mucho menos, alterarlo. Inexorablemente, el Enano, a bordo de su auto, deberá aguardarlo unos 25 minutos para acercarlo hasta el departamento que alquila en Palermo, donde son vecinos. De la noche a la mañana, Leandro González sintió que un aluvión de popularidad se le vino encima. Lejos de renegar de eso, lo disfruta a fondo. Quiere que nadie lo aparte de sus ganas de expresar su felicidad y se toma su tiempo para hacerlo, sin bocina que valga. Autor del gol del triunfo sobre Argentinos, el primer éxito en el Diego Maradona tras cinco derrotas, nunca en su carrera había sido tan requerido por la prensa y los hinchas."Es muy raro todo. Después del partido, cuando llegué al edificio, hasta los guardias de seguridad se sacaron fotos conmigo. Los vecinos me miraban, por la calle me piden autógrafos. En Bahía Blanca nos conocíamos todos, acá es fuerte que te salude gente que no viste nunca", relata el ex Olimpo, oriundo de Pigüé, una pequeña ciudad de 20.000 habitantes conmovida por él: "Revolucioné el pueblo. Mi papá (Jorge) y mi hermana (María Sol) me contaron que los paran por la calle para pedirles mi teléfono. Es hermoso que a uno lo reconozcan así. Igual, los pies siempre sobre la tierra. Esa es la educación que me inculcó mi familia. La humildad, ante todo", aclara, convencido, a solas con Olé.-¿Qué cosas te dijeron tus amigos de allá?-Con esto te digo todo: son como 20 y a varios de ellos no les gusta el fútbol. Pero gracias a mí se hicieron hinchas de Racing y el sábado se juntaron a comer un asado sólo para verme a mí. Más que eso no puedo pedir.-¿Pudiste ir a tu pueblo?-No, porque parece que el Profe (Miguel Chacón) no tiene familia, ja. No nos da un fin de semana libre para poder viajar. Tuvimos el domingo de descanso, pero no pude ir en un día, son 600 kilómetros de viaje.-¿Y cómo fue convertir?-Naaaa, espectacular. Se me cruzaron muchas cosas por la cabeza cuando volví a la mitad de la cancha después de festejar con mis compañeros.-¿Qué pensaste?-En mi familia, en todo Pigüé, en mis amigos. Algunos de ellos estuvieron en la tribuna porque les regalé entradas. Cuando iban a la cancha de Olimpo nunca habían podido ver un gol mío. Eso sí, el que no tiene un pantalón tiene una camiseta. Me sacaron todo, no pueden quejarse.Tampoco deben hacerlo los hinchas en materia de actitud. En una batalla plagada de juego brusco, Racing se plantó firme y, según Leandro, ratificó que posee una nueva credencial: "A Racing lo veían todos como un rival débil. A partir del clásico con Independiente, demostramos que ya no somos un equipo débil que llega de punto a todos lados. Le vamos a dar pelea a cualquiera".-Contra Argentinos metieron muchísimo.-Sí, ratificamos lo que te dije antes. Ellos quisieron pasarnos por arriba y nosotros les contestamos con el doble de actitud.-¿Qué les pidió Llop antes del partido?-Que hiciéramos historia porque hacía mucho que Racing no ganaba ahí. Con el gol siento que hice historia. Eso ya me pasó en Olimpo, cuando superamos alguna mala racha de visitante. El que convertía sabía que lo iban a mencionar toda la semana. Y eso me está pasando ahora a mí, lo disfruto mucho. -¿Qué vestuario encontraste post-triunfo?-Lo primero que hice fue prender el celular. Me explotaba de mensajes y llamadas perdidas. Mientras los leía, los muchachos me gastaban porque rompí el mito de la cancha de Argentinos. No nos queríamos ir de la cancha, teníamos ganas de seguir festejando porque habíamos sufrido y necesitábamos desahogarnos.Durante la concentración, González había recibido un buen guiño: Lugüercio, con quien comparte la habitación, le auguró que marcaría. Pero no fue el único. "En el almuerzo previo al partido, Migliore, Prichoda, Zuculini y el Negro Lucero también me anunciaron que yo iba a hacer un gol. Les respondí que si era así, me fueran a abrazar. Y así fue", sonríe este ex voleibolista... "Jugaba en mi ciudad. Es más: en un torneo juvenil sacamos una medalla de bronce. Lástima que no pude jugar ni un solo partido. Cuando iba a entrar en la final, justo se terminó, ja. Igual, tengo mi medallita colgada en mi casa".Con la pelota de fútbol le fue mucho mejor. Y no sólo como delantero, sino también como volante por la derecha, puesto que ocuparía ante Tigre por el regreso del lesionado Moralez (ver Sigue aunque...). Algo está claro: la titularidad ya es suya.

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