martes, 23 de septiembre de 2008

Mirá, mirá cómo anticipé y la empujé con la punta del botín. ¡Después me agarré la cabeza porque no sabía cómo festejar! Te juro que me dan ganas de meterme adentro del televisor para volver a gritar el gol. Fue algo increíble".Clavada en Estudio Fútbol, por TyC, la TV lo emociona. Lo traslada al instante sublime, a la vivencia que nunca antes había protagonizado. Si la ansiedad por convertir su primer tanto en la Primera de Racing lo mataba, cómo él mismo lo había revelado, ahora Juan Ignacio Sánchez Sotelo es un canto a la vida. En el living del departamento 3° A, a tres cuadras del Cilindro, le da un sorbo al café que, con calidez y simpatía, su madre, Bibiana, ("va las dos veces con B larga, escribilo bien", aclara él) le preparó a su hijo de 20 años y a Olé. Y aparece otro integrante de la familia: Ayelén. "Esta perra es mi amor, mi locura, es mi vida", se enternece el autor del segundo gol del 2-1 sobre Estudiantes.-¿Qué te dieron ganas de hacer tras convertir?-No sabía qué hacer. Tenía ganas de correr, de saltar a la popular para abrazarme con la gente. No sabía cómo festejar. Encima, justo ese día fue mi mamá a verme por primera vez. "Voy pero tenés que regalarme un gol", me dijo la noche anterior. Fue con mi abuela, Noemí. Obvio que, como cábala, van a tener que seguir yendo.-Ella te exigió un gol, ¿y vos le pediste algo por haberle cumplido?-No, no sé, pensándolo bien, le voy a pedir que me cocine más rico porque es muy mala para eso, ja. Lo que mejor hace es el lomito a la mostaza, pero hasta ahí... Salvo en eso, tiene que mejorar en todas las comidas. Le pone empeño, no le gusta para nada.Siempre con una sonrisa, Juani también le dedicó una broma a su papá, Luis Alberto, quien conoce el paño: fue futbolista profesional. Con 223 partidos en su trayectoria entre Boca, Platense, Lanús y Villa Dálmine, el ex marcador central nunca convirtió. En cambio, con apenas cinco presencias en el fútbol grande, le puede contar cómo es celebrar. "Ayer (domingo), en el almuerzo, le pedí que se callara porque ya metí más goles que él en toda su carrera, ja. Al principio no le gustó mucho lo que le dije, pero al ratito se cagó de risa y me pidió que hiciera muchísimos más".-¿Te habla mucho?-Me aconseja sin llegar a volverme loco. Me enseña, me repite algo que debo incorporar: tengo que matarme siempre aunque las cosas no me salgan. Sin ser un jugador habilidoso, él hacía eso. Junto a mi mamá, me dio la mejor enseñanza para que valore todo lo que me da la vida.-¿Te contó de qué manera festejó tu gol?-No pudo ir a la cancha porque se quedó a cuidar a mi bisabuela (Josefina) de 94 años, que está en silla de ruedas. Lo vio por tele. Y se puso a llorar con todo cuando la pelota entró. Ah, en la nota también nombrá a mi hermana, Agustina, porque si no se va a enojar, ja. Ella me bancó tanto como toda mi familia.-¿Cuántas veces pasó por tu cabeza la jugada que lograste definir bien?-Ja, un montón. Es muy raro también ver un gol mío en televisión. Mis amigos vinieron a mi casa y se reían porque les pareció loco verme en la pantalla y que, al mismo tiempo, estuviera sentado al lado de ellos. Me cargaban, dijeron que no les voy a dar más bola. Nada que ver. Ellos saben que siempre tendrán abierta la puerta de mi casa.-¿Recibiste alguna palabra de tus compañeros que te haya marcado?-Lo que más me gustó fue algo que me recomendó Peppino antes del partido. Me inculcó que sea cabeza dura, que no bajara los brazos porque el gol iba a llegar. Me ayudó un montón eso. Después me felicitaron todos. Y Maxi (Moralez) me pidió que en la semana lleve sandwiches de miga para festejar.-¿Con qué jugadores te relacionás más?-Con Yacob y Lugüercio. El Payaso me habla, me dice que tengo que jugar tranquilo, sin desesperarme en la definición. Es mi guía. Y con Yacob nos reímos todo el tiempo. Comparto la habitación con él en la concentración. Es un grande, lo quiero muchísimo. Es muy humilde y jodón, nos divertimos siempre con la PlayStation. No me puede ganar. Juega con el Barcelona y yo con el Inter.-¿Te llamó alguien que te haya sorprendido?-Sí, te cuento: antes, en Infantiles, viajaba mucho a torneos por el Interior. En Mendoza, hace varios años, había conocido una familia. Y después de tanto tiempo, me llamaron para felicitarme. Me encantó que se acordaran de mí.-¿Ahora vas a jugar más relajado después de haber debutado en la red?-Seguramente, tengo mucha más confianza. Te juro que antes sentía angustia, pensaba que si no la metía, a la larga iba a perder posibilidades de seguir jugando. Ahora espero que el arco se me abra más. Sé que a medida que vaya convirtiendo, me iré soltando cada vez más.-Mucho se habla de la falta de un goleador en Racing. ¿Podés hacer olvidar esa carencia?-Si me toca esa responsabilidad, daré lo mejor. Sé que todavía me falta, tengo que crecer muchísimo. Yo quiero consolidarme y ser el nueve de Racing.-¿Y qué te transmiten los hinchas que te cruzan?-Me dan tranquilidad. Yo no soy de andar por la calle, soy más bien casero. A veces algunos me reconocen y otras no. Los saludo y a veces hasta firmó autógrafos. Hubo un cambio importante para mí.A propósito de modificaciones, en su camino futbolístico las hubo. Y de camiseta. Comenzó su camino en River, donde decidieron prescindir de él en Séptima. "Cuando me querían mandar a préstamo a Defensores de Belgrano, apareció Racing y no lo dudé. Y fui goleador en Quinta y Cuarta", recuerda. Justamente el club Millonario será su rival el próximo domingo. ¿Se vengará con otro tanto de aquel rechazo? "Sería impresionante meterla otra vez y en el Monumental. Sabemos que River históricamente es difícil para Racing. Igual, nosotros venimos bien y hay que aprovechar este momento. Si jugamos como en los últimos partidos y concretamos las situaciones que generemos, seguramente vamos a sacar un buen resultado".Aroma a Racing. El edificio que habita desde el 98 sobre la calle General Paz, en pleno centro de Avellaneda, fue techo de otro valor surgido de las Inferiores: Mariano González, actualmente en el Porto. De pequeño, Juani se lo solía cruzar allí y también lo veía desde cerca durante los partidos. "En esa época yo era alcanzapelotas. Me acuerdo de que se las entregué a Lisandro López y a Milito. Ojalá logre ser al menos un poquito de lo que fueron ellos a nivel internacional. Es un sueño para mí cumplir eso".Lo que también fue un sueño para él, pero porque le provocaba ganas de dormirse, fue el estudio... "A principio del 2006 empecé la facultad de Derecho. Duré un mes. Me presenté al primer parcial en el que tenía que responder preguntas correlativas. No sabía la primera, tampoco la segunda ni la tercera. Solamente sabía la última, ja. Así que me levanté de la silla, entregué la hoja y nunca más volví a buscarla".La prueba del gol la superó el sábado. Ahora va por otras buenas notas y ya estudia cómo anotarle a River, en el Monumental.

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